El fútbol engordó y casi explota

El Fútbol está gordo. Engordó por engullir cuanto lío se ha presentado dentro o afuera de las canchas, consumiendo demasiados elementos grasos y como si fueran poco tales excesos se enfrascó en esfuerzos llenos de desconfianza los que, por lo general, degeneran en picos altos de presión y lo peor dentro de un arcaico sedentarismo.

Y engordó... y... casi explota, hasta que como todo gordo se miró al espejo y dijo "no va más.... el lunes empiezo el régimen".

Y llega el lunes... De la boca para afuera los clubes en reunión informal han dado (todos menos Liverpool) supuestos poderes especiales al Ejecutivo para que determine la dieta a seguir, cosa que seguramente confirmarán en Asamblea solemne.

Pero ¿poderes al ciento por ciento o con acuerdos previos? Peñarol a voz en cuello hizo duros cuestionamientos y si al Ejecutivo, incluidos los dos nuevos, (uno de los cuales será de Peñarol) se le ocurriese obviar tales planteos ¿qué cosa pasaría?

La dieta balanceada no es fácil de componer y el doctor José Luis Corbo ya ha dicho que él "no ignora cual es el estado de cosas"... Los clubes tampoco.

Prueba de ello es que quienes pedían que él y sus pares del Ejecutivo se fueran ahora los respaldan... ¿A cambio de qué?.. Mañana se sabrá.

La Mutual de Futbolistas, los jueces, los directores técnicos, los tribunales de la Asociación Uruguaya de Fútbol, los tejidos, los aparatos caza curdelas y otras yerbas no se arreglan con purecito y sopa.