Mató y acabó con las dudas

Pablo Núñez

La fiesta fue completa. El hipódromo colmado y la gente disfrutando a pleno de la máxima fiesta del turf uruguayo. Se batió el récord de apuestas y en la pista ganó el caballo que la mayoría esperaba. El que llegaba precedido de ocho victorias clásicas consecutivas, pero al que algunos, increíblemente, le seguían buscando contras.

Pero Relento les contestó y lo hizo de la mejor manera, ganando el Gran Premio José Pedro Ramírez (G.I) a puro pulmón y corriendo siempre en la cabeza del lote, sin temor por lo que pudiera pasar en los metros finales, totalmente confiado en su brazada y en su poder de resistencia. Así había conseguido la impresionante seguidilla de éxitos que lo lanzó a la fama, por lo que de ninguna manera podía ahora modificar su estrategia.

La suelta fue perfecta, no hubo roces ni tropiezos que pudieran generar futuras excusas. Fiel a su estilo, el hijo de Fahim buscó protagonismo desde los primeros metros; lo mismo hicieron Sing-A-Song, a su costado derecho y Potri Locatario por dentro. A ellos se les sumó el brasileño Jujuy por fuera.

Los cuatro caballos citados cruzaron el disco por primera vez apareados, mientras a sus patas buscaban línea de avance Good Report, Tomson y Achiles. Con ese panorama se dirigieron a la recta opuesta, a la que ingresaron luego de cubrir los primeros 800 metros en moderados 49"43c. A esa altura, Relento comandaba, custodiado por fuera por Sing-A-Song y por dentro por Potri Locatario. La ventaja era pequeña, pero era un claro indicador de la fe con la que el pibe Silva corría al de Las Armas.

El desarrollo no ofreció variantes significativas durante la recta de enfrente. Relento completó las doce cuadras iniciales en 1´13"76c y continuó con su andar parejo, siempre con el pegajoso asedio de Sing-A-Song y Potri Locatario, al tiempo que abierto Good Report también pedía la palabra.

Tras dejar atrás el palo de los ocho, comenzaron a llegar las novedades. Ricardo sofrenó a Good Report, privilegiando la salud del hijo de Ride The Rails que estuvo a punto de no correr por una lesión en un vaso. Otro que, para sorpresa de muchos, inició un inexorable retroceso fue Sing-A-Song, al que Olivera exigía sin encontrar la respuesta deseada. El único capaz de imitar el paso de Relento era Potri Locatario, que amenazaba con volver a ser aquel que había deslumbrado en el Reyles.

Al girar la última curva Relento y Potri Locatario se estudiaban, en tanto Achiles arrimaba y el resto quedaba en segundo plano. Todo hacía pensar que entre ellos tres estaría el ganador del Ramírez. Poco a poco, el pupilo de Ubal Migues comenzó a prevalecer. Nada pudo hacer el valiente Potri Locatario y mucho menos Achiles, que demostraba que los 400 finales serían demasiado para sus fuerzas.

El grito de "¡Relento, viejo nomás! empezó a bajar de las repletas tribunas cada vez con mayor intensidad, mientras Silva le pedía el último esfuerzo al zaino de origen norteño. En el final apareció Bucaneer, su eterno escolta, para arrebatarle el segundo puesto al noble Potri Locatario. Se acabaron las dudas, Relento es el mejor y punto. Ganó a lo bueno, a lo crack y terminó con las discusiones.

La historia del mejor fondista del medio

El héroe del Ramírez permaneció poco tiempo en su Brasil natal. En noviembre de 2004 fue ofrecido junto a su madre, Little Colony, en el tradicional remate que se realiza previo al Gran Premio Paraná (G.I) en Curitiba: "Ni él ni la yegua tuvieron interesados. Después de la subasta hice una oferta y compré a los dos. No recuerdo bien, pero se pagó por ambos algo así como 2.000 dólares", contó Víctor Azambullo, el agente de ventas que formalizó la adquisición a pedido de Luis Pedro Michelini, uno de los copropietarios del mejor fondista del medio.

A su llegada a Uruguay, fue trasladado a Rincón de Pando, donde hizo la recría en el misma cabaña adonde fue a parar Necessaire tras arribar desde Brasil. ¿Será casualidad?