Un clásico con sabor a revancha

El triunfo clásico tuvo el inconfundible sabor a revancha. Nacional cortó una racha adversa por el Campeonato Uruguayo, dejó a Peñarol sin chance en el Torneo Apertura y lo bajó al séptimo lugar en la tabla de posiciones.

Pero también fue una revancha para Gerardo Pelusso, muchas veces criticado sin piedad desde las mismas filas tricolores.

Demostró que sabe lo que quiere. Y que tiene personalidad. Mantuvo en el equipo a los futbolistas por los que apostó y pocos creían. Y todos le respondieron. El "Cachorro" Leonardo Burián fue figura.

Martín Ligüera pesó en el trámite y jugó uno de sus mejores partidos clásicos. Los que se rasgaban las vestiduras por "Matute" Morales terminaron reconociendo con un cálido aplauso la entrega a la causa del "10" tricolor.

Y lo mismo sucedió con el "Chapita" Blanco y el "Cacique" Medina. Durante la semana muchos pedían a gritos a Santiago García y Pelusso se mantuvo firme en su postura.

Fue un triunfo clásico con sabor a revancha. No sólo para los hinchas que acompañaron y alentaron como nunca, lo fue también para los protagonistas. Para los que tuvieron que soportar una lluvia de críticas cuando lideraban con luz el Apertura.

Ahora, regresaron a la punta, a puro corazón.