Bimbo: ojo que el pan no es blando

JORGE SAVIA

De niño, allá por los 50, iba con el viejo a ver aquellas "Copa Montevideo" que se hacían -con participación de equipos europeos- todos los veranos en el Estadio.

Ya de adolescente, se hizo costumbre -también en verano- ir "a dedo" a Santiago, donde anualmente se disputaba un hexagonal en el que siempre jugaban el Vasas de Hungría, la selección soviética y -magia de Pelé mediante- el memorable Santos.

Con esos recuerdos como fiel de la balanza, es posible afirmar que esta Copa Bimbo que empieza mañana, con los grandes uruguayos y dos equipos brasileños -que siempre dan espectáculo- de la tradición del Cruzeiro y el Atlético Mineiro, aparece en lo previo como el torneo estival más promisorio de los que se han jugado en Montevideo desde hace mucho tiempo a esta parte.

Además, en lo que hace a Nacional y Peñarol, no vale engañarse; son amistosos de preparación, pero si uno pierde, puede pasarle como al boxeador al que no le pegan una piña que lo deje KO, sino una que le abre un párpado: si más adelante le meten otra igual, el médico sube a revisarlo y termina obligándolo a abandonar el combate. Si no, pregúntenle a Gustavo Matosas qué le pasó el año pasado...

¿Y vos qué decís?

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