La IRB puso a Teros en un segundo nivel

Uruguay, ubicado en el lugar 21° del ranking de la IRB, comienza a sentir los efectos de su caída en el posicionamiento internacional.

El crecimiento a principios de este siglo resultó evidente, llegándose al lugar 15° luego del mundial 2003. Se pudo haber seguido avanzando, ampliando la base de jugadores, siempre y cuando se concretara el intento de llevar este deporte a todo el territorio nacional. El fortalecimiento de los clubes, la apertura de nuevas plazas competitivas que atendían la regionalización del país, el apoyo mediante sponsors que aportaran y tuvieran su retorno efectivo, fueron ideas que tan solo quedaron en eso.

El proyecto, lamentablemente desatendido ante los cambios directrices, pudo haber sido el impulsor de algo que aspiraba a poner el rugby uruguayo en un nivel más alto.

Se cambiaron realidades por ilusiones y se desdibujó lo que era básico: llevar el rugby a todo el Uruguay.

En la última temporada se pretendió un equipo de Teros con un costo humano y económico desmedido, un programa que no se ajusta a nuestras posibilidades y como contrapartida se debilitaron los clubes.

Los directivos de la URU realizaron un gran esfuerzo, pero la IRB que sabe donde pone el ojo y los pesos, dejó a Uruguay de lado y no lo tendrá en cuenta para un próximo Panamericano de alto nivel. La franja donde ubican a Teros es la inferior y es de justicia que así sea.

Para estar arriba entre los tops se requieren otras cosas que hoy no se dan en nuestro medio.