Les pasó a otros y no eran bagayos

En los años "de oro" -50 y 60- del boxeo uruguayo, el estilista Omar Pereyra perdió como "Chris" con el ignoto argentino Víctor Zalazar; otro tanto le ocurrió al pesado Luis Amadeo Sosa con el gigante formoseño Ricardo González; y al prodigioso Santos Pereyra las piernas se le volvieron un flan en su tercera pelea -ganó las dos anteriores- con Vicente "Furia" Derado.

Ninguno era un "bluff"; pero los dos primeros no volvieron a ser los de antes y, de no haber sido por un desprendimiento de retina, quién sabe adónde hubiera llegado "el Santos".

Va en cada uno. Está, pues, en "Chris" en salir adelante. No es un "producto inflado", al cual la primera rival que no era un "paquete" le ganó por KO; pero a las mujeres, como no hay tantas, es difícil "hacerles la escalera", graduando la exigencia de las rivales.

La clave está en mentalizarse. Pudo entrenar con "La Tigresa" en Buenos Aires y eligió ir y venir; la argentina le ofreció ir 25 días a Formosa y "Chris" prefirió quedarse. El rigor, el "ojo del tigre", es clave. Con eso, y sus aptitudes, quizá habría sido otro cantar ante la colombiana.