Nadie tiene los derechos de autor

JORGE SAVIA

Ahí está el "Chino", pobre, en medio de un "huracán de pasiones", como rezaba el título de una película del siglo pasado.

Si acaso, mirando su situación "desde afuera", a la distancia, le pasa como cuando jugaba en la selección y, más allá de las definiciones técnicas que hicieron Passarella en "la Celeste" y un par de entrenadores en el fútbol italiano, nunca se terminaba de establecer si Recoba era punta o enganche.

En teoría, el tema nunca quedó laudado; pero no es lo que va a pasar con lo que en apariencia se presenta como su inminente regreso al fútbol uruguayo: el "Chino" se va a tener que decidir entre Danubio, Nacional y Peñarol, desde donde han surgido voces -salvo en el primer caso, partidarias, pero no oficiales- planteando los deseos de abrirle las puertas de la casa o, al menos, de que no se vaya para otra del mismo barrio.

Ese, quizá, aparece como el lado oscuro del corazón, porque salvo don Raúl, el padre, y en alguna medida Danubio, que lo formó, nadie tiene derechos de autor sobre el "Chino"; que es un hombre, aunque todos sepan que, en el fondo, sigue siendo un niño grande.