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DE CONTRAGOLPE por Jorge Savia
Clara señal: ni Peñarol ni Nacional
La "moña" que hizo el "Chino" a los periodistas que lo esperaban en Carrasco, fue bárbara.
La jugada fue propia del primer mundo, desde el cual viene Recoba, donde el contacto entre los protagonistas y los representantes de los medios de comunicación, que son el hilo conductor que acerca los primeros a la gente que los idolatra, se hace -salvo que la entrevista sea paga- a través de conferencias de prensa, donde el trato es distante, acartonado y, fundamentalmente, acotado.
Además, todo pasa por una decisión personal; legítima, respetable: salir como un agente secreto por la Base Aérea N° 1; como el crack que es, por la sala de arribos, o la VIP, del aeropuerto de Carrasco; o, inclusive, bajar en el de Santa Bernardina en Durazno.
Más aun, esa decisión lo amparaba a llegar, decir "no decidí a dónde voy a jugar y si voy a jugar", y después de pinchar el globo de las expectativas creadas, seguir de largo.
El "Chino" no hizo eso, sino todo lo contrario; sin embargo, despejó todas las interrogantes: porque si no creyó sentirse cómodo ante la presión de cuatro micrófonos -eran los que había-, seguro que va a jugar en Danubio, donde ese componente ambiental es, por un motivo de convocatoria, muchísimo menor que en cualquiera de los dos cuadros grandes.
Ovación digital
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