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VOLVIENDO DE LA CANCHA V.H. Morales
Estudiantes debe estar orgulloso
Los aviones que volvían con los jugadores y miles de seguidores pincharratas no podían poner sus cabezas en otro sitio que no fuera el minuto 87. En ese instante eran los campeones, sepultaban a Barcelona y derrotaban con cuatro mangos a un imperio del fútbol superprofesional. ¿Por qué nadie estaba allí para cabecear ese centro que un azulgrana desvió hacia un compañero al que nadie marcaba? Barcelona tiene el teléfono de las oficinas del cielo hace tiempo. Tiene contactos y gana en el final aun desmintiendo su fama de club que embellece el fútbol. Estudiantes tiene motivos para el orgullo, para decir que pese a todo sigue teniendo razón, pero la tristeza del retorno no se la quita nadie. Todo es pasado, lo que pudo ser no existe y lo que fue no lo puede cambiar ni Dios.
Ovación digital
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