Flor de lujo para la liga

GUILLERMINA LUZURIAGA

Flor Meléndez es uno de los entrenadores de basquetbol más prestigiosos y ganadores de América. Desde enero, este boricua de 62 años se hará cargo de Trotamundos de Carabobo (Liga Profesional de Venezuela), y por ello llegó a Montevideo para observar jugadores que podrían incorporarse a su club a lo largo de la temporada caribeña, que se extiende de enero a junio.

Meléndez, quien comenzó en el deporte como un destacado armador y defendió a la selección mayor de su país, siempre tuvo vocación para dirigir.

"Mientras jugaba en la Liga Nacional de Puerto Rico entrenaba las categorías inferiores de mi club", que en aquel entonces era Águilas de San Juan.

Cuando en 1972 comenzó a defender a Gigantes de Carolina lo nombraron orientador de la selección nacional femenina, y cumplió con ambos trabajos.

Pero llegó el momento del retiro y las ofertas aparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Explica Meléndez: "Siempre fui muy atrevido como `coach`. Cuando en 1977 anuncié a mis compañeros en el vestuario que ya no iba a jugar porque no me daban las piernas, el dueño del equipo dijo automáticamente que yo sería el próximo técnico".

Y así fue. El boricua tenía en la Juveniles a varios de los mejores jugadores de la isla, con quienes trabajaba desde que ellos tenían 14 años. "A nueve los llevé a Primera y los mezclé con tres mayores", combinación que le dio un resultado excepcional.

Ese primer año llevó al equipo a una posición histórica y lo eligieron como mejor entrenador de la temporada. "Y a los días me nombraron técnico de la selección mayor. Fue un año de novato pero espectacular", puntualizó.

¡Y vaya si tuvo un gran debut! Corría 1979 y la capital San Juan se encargó de organizar los Juegos Panamericanos. Bajo el mando de Meléndez, el seleccionado portorriqueño obtuvo la medalla de plata.

Dos principios son los que tiene Flor para su éxito. "Primero la disciplina y luego la pasión. Además de mi esposa, hijos y nietos, mi vida es todo baloncesto. Hay que ser recto, responsable, no tener dos caras y claro que también se necesita algo de suerte".

Otro aspecto que destacó es la relevancia de las divisiones formativas: "Mientras entrenaba a la selección mayor continuaba con las inferiores de mi club. Se aprende mucho con los niños porque de cada práctica deben llevarse algo nuevo, esa es mi meta", y para ello estudia todos los días.

"Tomo una o dos horas para informarme de lo que dicen los técnicos de las diferentes ligas. Además me dedico a leer libros sobre cómo manejarme con los diferentes carácteres de la gente, que es lo más difícil del entrenador".

Admirador del "coach" colegial John Calipari, del ex NBA Rick Pitino, del español Aito García Reneses y Rubén Magnano, Meléndez dijo que le gustaría retornar a la ACB: "Cuando estuve no lo aproveché, es mi error más grande. Cabeza de joven y sin experiencia, no aguanté cosas al dueño del equipo, me fui y me perjudicó para volver", sentenció.

Sobre su visita a Uruguay destacó: "Llegué con la intención de ver jugadores para Venezuela invitado por Juan Pablo (Da Prá) y Germán (Milans, también boricua), que son los agentes que me recomiendan posibles fichajes".

No tuvo mucho tiempo, pero lo que vio le alcanzó para ser tajante: "Definitivamente tienen que hacer un esfuerzo grande para mejorar las canchas. Llevo muchos años viniendo a Uruguay, y los gimnasios siempre son los mismos, no mejoran en nada".

"Hay que hacer estadios nuevos. Y allí apunto al gobierno, que es quien tiene que ayudar a los clubes a tener buenas canchas. En Puerto Rico, que es un país similar a este y tiene pocos habitantes más, tenemos diez estadios como el Cilindro".

La paradisíaca isla cuenta con 78 pueblos: "Y en todos, por lo menos, hay una cancha bajo techo para 2.000 personas, incluso algunos tienen de a tres canchas. Además, hay doce estadios para 10.000 personas y otro para 20.000. Eso da seguridad, no la da la policía. Por más que hagan códigos y programas, si la cancha es incómoda es insegura".

Flor Meléndez, un verdadero lujo para Uruguay.

"He sido un D.T. con mucha suerte"

"Me ha tocado dirigir muy buenos jugadores, he sido un técnico de suerte", dijo a pesar que no es necesaria tanta modestia.

"Cuando salí de Argentina fui al Manresa de la Liga ACB de España, donde me tocó entrenar a George `Iceman` Gervin, uno de los mejores jugadores del baloncesto mundial".

Gervin, cuya camiseta número 44 fue retirada de San Antonio Spurs, fue un clásico de los All-Star Game de la NBA y es parte del Salón de la Fama de basquetbol.

"En la década del `80, cuando fui a Obras Sanitarias tuve a mi cargo a Eduardo Cadillac, Carlos Romano, Héctor Campana, Hernán Montenegro y Carlos Rafaelli, es decir, jugadores que han sido estelares en América".

"La de Rolando Fraser y Mario Butler fue la mejor dupla extranjera que orienté. Además, tuve el honor de trabajar con Carlos Arroyo, Juan José Barea y `Piculín` Ortiz (José Rafael)", puntualizó.

Pelos y señales

Nombre: Flor Meléndez Montañez.

Fecha de nac.: 12 de enero de 1947.

Ciudad natal: Cidra, Puerto Rico.

Jugador: Su mejor actuación fue con Gigantes de Carolina (1972-77). Tras 13 temporadas como profesional, se retiró con 5.088 puntos. Defendió a su selección entre 1970-72.

Títulos: Medalla de plata con su selección en los Juegos Panamericanos 1979. En 1980 ganó el Preolímpico y tres años después se adjudicó el Torneo Mundial de Clubes y la Copa William Jones con Obras Sanitarias. Con la selección Argentina obtuvo el Sudamericano 1987. Fue campeón en Puerto Rico con Atlético San Germán (1985) y con Vaqueros (1995-96); de la Liga Nacional de Brasil con Vasco da Gama y Corinthians. En 1999 fue campeón de la Liga Sudamericana con Vasco da Gama, y 10 años más tarde fue el mejor de Venezuela con Marinos.

Logros: Siete premios a mejor D.T. en su país. Está en el Salón de la Fama de Puerto Rico.