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EL ANÁLISIS por Edward Piñón
La Villa y la Escuelita son Uruguay
Ahí está la Escuelita de Sayago metiendo pechera para formar parte de los auténticos participantes de la Copa Santander Libertadores.
Ahí está la gran Villa del Cerro engalanando el estadio Centenario con un juego que dejó de bruces contra el césped al campeón ecuatoriano para dejar bien sentado que la albiceleste no llegó para jugar de relleno.
Ahí están Racing y Cerro conquistando corazones, afianzando las ideas de que todo es cuestión de comprometerse con una causa, de subirse al mismo barco para navegar con un destino claro.
Y con ellos va Uruguay. O, mejor dicho, el fútbol de un país que lentamente va recuperando una presencia que en el pasado supo ser demoledora.
En las ideas de Juan Verzeri, en las tácticas de Pablo Repetto, en la habilidad de Matías Mirabaje, la velocidad de "Falucho" Silva, en la calidad de Sebastián Suárez, la sobriedad de Richard Pellejero emergen como relámpagos las ilusiones de volver a ser los "temidos uruguayos".
Es posible. Solo es cuestión de creer, de mejorar en la confianza y trabajar para ello.
Ojalá que se repita.
Ovación digital
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