|
|
El análisis por Jorge Savia
Con permiso, ¿puedo gritar gol?
A estar por lo ocurrido a orillas de la bahía apenas terminado el partido que Rampla y Central empataron en el Olímpico, la sangre está llegando al río.
Esto es, desde hace tiempo en el fútbol uruguayo se considera que una acción en la que un jugador hace gala de destreza técnica, "jopeándole" la pelota a un rival, pasándosela entre las piernas, o "dibujando" lo que los argentinos llaman "rabona" y cuando acá la hacía el "Cotorra" Míguez de este lado del "charco" se le denominaba "mondonguillo", es algo ofensivo.
El enfoque es cuestionable; pero lo que sucedió en el Olímpico ya superó "la barrera del sonido": el "Pecho" Sánchez celebró la salvación de Central, equipo al que dirige, sin hacer gestos a la tribuna local, sin mirar ni gritarle a los jugadores rojiverdes y, sólo por eso, fue agredido y se armó flor de lío.
Es comprensible, quizá, que en Rampla reine la susceptibilidad por una serie de fallos arbitrales que los "picapiedras" creen perjudiciales, y porque en 13 partidos le sacaron 47 amarillas; pero así, va a llegar el día en el que, para gritar un gol o festejar un resultado, va a haber que pedir permiso.
Ovación digital
¿Encontraste algún error? | « volver |