¿La altura no les importaba un pito?

Jorge Savia

Mmmm... como reza el dicho popular: "Reunión de zorros, matanza de gallinas". En otras palabras: si tres "pesados" -en tradición futbolística, poderío económico y desarrollo científico- como Italia, Alemania y Francia se fueron a preparar para el Mundial en las alturas de los Alpes, y nunca antes ningún europeo había apelado a puestas a punto de ese tipo, quizá es porque anda en la vuelta algún nuevo método de adiestramiento físico que, como se sabe, siempre salta a la luz por el lado del primer mundo y después empieza a ser moneda corriente en los demás países.

Seguro que la similitud de los originales procedimientos, no es casual. Como también es probable que tenga otro motivo: que en el próximo Mundial algunos partidos se jugarán en los 1.753 metros de altura que, por ejemplo, hay en Johannesburgo, algo que sólo en México 70 y 86 había ocurrido.

En ese caso, queda al descubierto la hipocresía de las voces -como las de Francia, incluido su gobierno del momento- que salieron a respaldar a Bolivia y Ecuador, cuando la FIFA amagó con prohibir la disputa de partidos oficiales de carácter internacional en La Paz y Quito.

Claro, esa vez los europeos -con Francia y el mismísimo presidente Jacques Chirac a la cabeza- se hicieron los "piolas", porque a ellos, igual, los 2.800 y 3.600 metros de altura les importan un pito. Sin embargo, ahora, como el problema los toca directamente, salieron a prepararse en forma especial para jugar a sólo 1.753, aunque a ese nivel la altura no tenga, no solo consecuencias de orden físico, como pasa en América, sino ni siquiera incidencia en el plano estrictamente deportivo.