Si no se liga, no se gana nada

Hay jugadores y técnicos que no creen en la suerte, sólo en el trabajo, en la planificación, en las condiciones individuales y grupales.

Pero en el fútbol, como en cualquier otro orden de la vida, la suerte es necesaria. Ayuda, y puede cambiar el presente y también el futuro.

¿Qué hubiese pasado si el ghanés Gyan hubiese anotado el penal en el último suspiro del partido frente a Uruguay?

Seguramente, hoy la selección estaría en un segundo plano, se estaría hablando de un nuevo fracaso y pocos se acordarían del maestro Tabárez.

¿Qué hubiese sucedido si el cabezazo de Sebastián Balsas se metía en el ángulo del arco aurinegro y no pegaba en el caño?

Seguramente, el trabajo de Eduardo Acevedo hubiese sido notable, Nacional se hubiese quedado con un nuevo Uruguayo y en Peñarol se seguiría hablando de crisis.

Ejemplos sobran, por cierto, y los que sostienen que la suerte no existe, están equivocados de punta a punta. Al trabajo, a la calidad, hay que ayudarla y la liga es fundamental.