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EL ANÁLISIS por Edward Piñón
Respeto por la sangre uruguaya
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No se admite discusión alguna: por las venas del árbitro Wilson Seneme no corre ni una gota de la sangre que mostró tener Martín Silva. No tiene, además, ni medio gramo de la deportividad que exhibió el arquero y todo el plantel de Defensor Sporting.
El daño ya está hecho. Y la mancha que cae sobre la grandeza de Independiente sólo puede ser borrada por una actitud severa de la propia institución.
No le alcanza a los uruguayos con la tibia medida de la Conmebol de suspender el escenario de los "Diablos rojos". Ni siquiera será suficiente un durísimo castigo de Nicolás Leoz, presidente del organismo rector del fútbol continental (aunque no creo que venga), para el señor Seneme. El Independiente que gestó su mote de "Rey de Copas" gracias al coraje que supieron poner en defensa de su camiseta varios futbolistas uruguayos tiene que hacer algo más.
Por respeto a la sangre del "Chivo" Pavoni, a la bravura de Luis Garisto, al temple de Roberto Porta y a tantos otros uruguayos, el "Rojo" tiene que ayudar a la Policía para que el agresor sea detenido.
Ovación digital
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