La culpa de no intentar nada nuevo

No todo lo que pasó en Peñarol es responsabilidad de Manuel Keosseian, pero como jefe de grupo debe asumir las consecuencias, fundamentalmente por una de las razones más inherentes a su función: murió con las botas puestas.

Keosseian fue testigo de la debacle deportiva de sus jugadores y, si bien puede argumentarse a su favor que quizás muchas armas no tenía, no intentó nada distinto.

Yendo directo al grano: el "Lolo" Estoyanoff fue el rey del pase defectuoso, el "Tony" Pacheco fue una sombra del jugador del año pasado, Darío Rodríguez le vio la espalda a casi todos sus rivales y Gerardo Alcoba reiteró que es uno de los futbolistas más desordenados del planeta. La lista podría incrementarse, porque muchísimos más anduvieron a los tumbos.

Keosseian no es culpable de que sus jugadores fallaran en los pases, en los tiros o en los centros, pero sí se equivocó cuando no buscó alternativas. O cuando no le dio funciones diferentes al argentino Solari o más minutos al colombiano Mejía.

Que quede claro, el nuevo Peñarol no se arma solo con un DT.

¿Y vos qué decís?

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