Jugar ante Holanda era buenísimo

Hay cosas que bajo ningún concepto pueden ser rechazadas. Es imposible, por ejemplo, perderte el nacimiento de un hijo por más pánico que le tengas a los sanatorios o a la sangre.

Sin llegar a ese extremo, y metiéndonos en el terreno deportivo, no hay negativa posible, ni excusa que lo defienda, para una citación de la selección uruguaya. Bajo ningún concepto. Si la Celeste te llama hay que estar.

Tampoco parece apropiado cerrarle las puertas a una invitación que curse una federación deportiva de alto nivel. En ese lugar se sitúa Holanda.

Es una verdadera pena que Uruguay haya desestimado la chance de tener una revancha contra la "máquina naranja" y en el propio Estadio Centenario. Un nuevo duelo contra quienes nos vencieron en Sudáfrica, con la posibilidad de ver en vivo y en directo a los fenómenos como Wesley Sneijder y Arjen Robben, hubiese estado buenísimo.

Hay que concluir que uno o dos días de entrenamiento perdidos no son gran cosa, comparados con el suceso que se logra trayendo a Holanda. Y con el grado del examen que se consigue con ellos.

¿Y vos qué decís?

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