PABLO MELGAR
El liceo 45 suspendió las clases hasta que se haga efectiva la guardia policial, luego de que desconocidos entraron y amenazaron a un funcionario. Otros liceos de Montevideo podrían tomar medidas de fuerza por la ausencia de vigilancia.
"Hasta que no aparezca un 222 que se quede, no habrá clases", repetía anoche la docente Beatriz Fernández a los alumnos que iban llegando al liceo 45, en Camino Maldonado: una zona donde la violencia es una constante.
Lo que disparó la paralización de los cursos fue la amenaza de muerte que dos adolescentes, que ingresaron en el centro educativo encapuchados y fumando, profirieron contra un funcionario administrativo. En lo que parece ser el inicio de una nueva ola de protestas en reclamo de mayor seguridad, los profesores del liceo 45 de Bella Italia resolvieron suspender las clases hasta que un agente policial acepte estar presente en las horas de clase, sobre todo de noche.
"Yo estaba en la planta alta, de pronto veo que entran dos flacos, típicos `planchas`, y empiezan a patear los tachos de basura. Les pido que salgan, uno de ellos levanta la mano como si tuviera un revólver y dice que me va a esperar a la salida para matarme", narró el administrativo Daniel, que no quiso facilitar su apellido.
El hecho ocurrió el jueves previo a la Semana Santa. Al día siguiente, mientras docentes y funcionarios realizaban una asamblea para analizar lo sucedido, llegó la información de que en la puerta del liceo había un grupo de adolescentes esperando que saliera el funcionario que había echado a los dos desconocidos.
Acto seguido la patota ingresó al predio y empezó a golpear todo lo que encontró a su paso. "Parecía una película, creí que me iban a linchar. Después se fueron y se quedaron tomando vino en la puerta. El director salió y los convenció que se fueran, llamamos a la seccional 16 y demoró más de una hora", dijo el funcionario amenazado.
Fuentes de la Asociación de Docentes de Secundaria en Montevideo aseguraron que el caso del 45 es "uno más de una larga lista de instituciones" con graves problemas de seguridad. El foco del problema está en que los agentes policiales no aceptan trabajar en los liceos.
Con respecto a la inseguridad la Federación Nacional de Profesores de Secundaria (Fenapes) dejó en libertad de acción a los núcleos sindicales de cada liceo, por lo que la decisión de paralizar las actividades queda en sus manos.
La presidenta del Consejo de Secundaria, Alex Mazzei, había declarado poco antes de Semana Santa que los policías prefieren custodiar un banco o una oficina antes que "complicarse la vida en un liceo". Por su parte, en un reunión mantenida el 30 de marzo, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, se comprometió ante Mazzei a asegurar la presencia de agentes del servicio 222 en los liceos.
VOLUNTARIOS. Un alto oficial de policía, consultado por El País, se preguntó de qué forma se podría asegurar la presencia de los agentes del 222 en los liceos, como prometió el ministro, teniendo en cuenta que se trata de una tarea voluntaria. Por la tarde de ayer un agente de Coraceros se presentó en el 45, dijo a los docentes que venía a hacer "una gauchada", ya que no se podía comprometer a seguir con la guardia dado que tenía problemas de horarios.
Anoche una asamblea de docentes con la presencia de una inspectora de Secundaria resolvió mantener la suspensión de las clases del nocturno porque saben que volverán a quedarse "sin servicio 222".
El lunes 5, el guardia contratado por Secundaria para vigilar el liceo 45 pidió permiso para salir a realizar "un mandado" y no volvió, según relataron fuentes del centro educativo. Ayer llamó al liceo para pedir disculpas, agregaron.
Los alumnos firmaron una carta en apoyo a los docentes. No obstante, algunos de ellos no estaban conformes con la decisión del profesorado. "Vengo aquí para salir adelante en la vida y encuentro que, por unos planchas, no tenemos clase. No puede ser", se quejó una alumna de unos 40 años.
El incumplimiento en las tareas del 222 no recibe la misma sanción que las faltas cometidas por policías en el marco de responsabilidades habituales.
Las potestades de los responsables de adjudicar los servicios son similares a las de cualquier oficial con personal a cargo. Pueden suspender las "extras" de los funcionarios y hasta marcar las cargas en el legajo funcional.
Secundaria atiende quejas en el interior
"Reconocemos la deuda que tenemos con Melo" dijo ayer la directora general de Secundaria, Alex Mazzei, tras presentarse en forma sorpresiva en el liceo
N° 1 de la capital de Cerro Largo. El comentario fue realizado mientras recorría a pie varias calles cercanas al superpoblado liceo con el propósito de alquilar una casa que sirva como anexo para descongestionar el lugar. Aseguró que le invade una "enorme preocupación por la situación" y que a la vez "hay que dar la bienvenida" a los estudiantes que causan esa superpoblación. "Estamos buscando otro espacio, para ello tenemos amplias libertades y facultades dentro de los parámetros que se nos permite, para alquilar edificios que reúnan ciertas características arquitectónicas", dijo Mazzei.
La presidenta de Secundaria y el consejero Martín Pasturino protagonizaron una gira que también los llevó a La Paloma, un poblado que queda a 140 kilómetros de Durazno. Los docentes del liceo local pospusieron la decisión de ocuparlo tras la visita. Acordaron que un grupo de 38 alumnos sea dividido y que en dos meses comience la construcción de un aula para segundo año. La comunidad y el municipio local pondrán la mano de obra y Secundaria el diseño y parte del dinero para la construcción.
Unos 300 policías en secundaria
Secundaria gasta más de US$ 2 millones por año en seguridad para los liceos. Unos 300 agentes cubren las necesidades de los centros educativos y de las oficinas centrales del organismo. Contrata unas 20.000 horas por año a un precio cercano a los $ 60 cada una. Secundaria y la policía manejan alternativas de distinto tipo para encarar los problemas de inseguridad. El principal programa se denomina Comunidad Educativa Segura: se hace cargo de la coordinación de los servicios 222 y del asesoramiento global en materia de seguridad.
Por su parte, grupos de padres y docentes han aplicado medidas individuales como la implementación del uniforme para identificar mejor a los alumnos. En el liceo 45 ayer se pensaba en crear un carné que acredite la calidad de estudiante a los alumnos del
Lugar. En otros institutos los padres se coordinan entre sí para acompañar a clase a sus hijos.
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