PABLO MELÉNDREZ
La Policía Técnica determinó que un centenar de las más de 700 armas que fueron encontradas en la casa del economista Saúl Feldman en el barrio Aires Puros de Montevideo, habían sido robadas, según un informe que la dependencia policial entregó en los últimos días al juez especializado en crimen organizado Jorge Díaz.
Las armas son de diverso origen: algunas pertenecieron a la Armada; otras fueron robadas en casas de policías, y otras hurtadas a particulares. Esa situación demuestra que Feldman se dedicó a abastecerse de armas durante varios años, dijeron fuentes de la investigación consultadas por El País.
Más allá del informe de Policía Técnica, el juez Díaz aguarda el resultado de una serie de pericias que se están realizando en Argentina a otra serie de armas cuyo origen no pudo ser determinado en Uruguay.
A su vez, el magistrado espera que dos peritas psicólogas elaboren un perfil psicológico de Feldman. Cuando los elementos que aún faltan se incorporen al expediente, el juez Díaz remitirá el caso al fiscal Ricardo Perciballe, para determinar los futuros pasos a seguir en la indagatoria.
El 30 de octubre del año pasado, Feldman se atrincheró en su casa del balneario Shangrilá cuando efectivos policiales querían interrogarlo sobre las 700 armas que habían sido encontradas en su vivienda de Montevideo, tras un incendio en la propiedad. El economista, de 64 años de edad, resistió a balazos la presencia policial, causando la muerte a un agente de Inteligencia. Finalmente, Feldman se suicidó.
CASA. En tanto, a pedido del Ministerio del Interior, el juez Díaz ordenó que se levante la custodia policial que desde el día del hecho vigilaba las 24 horas del día la casa de Feldman en Shangrilá.
En su testamento, el economista había establecido que la propiedad fuera entregada a su empleada doméstica, Wendy Lillie, quien podrá ocupar la vivienda, aunque cuando muera, la casa deberá ser vendida y las ganancias entregadas a varias ONG, según lo que había decidido Feldman.
Para que se proceda a entregar la casa a Lillie, el juez Díaz ordenó la intervención de un albacea que se haga cargo del trámite. Previamente, la mujer se había presentado en el juzgado pidiendo hacer usufructo de la propiedad al enterarse del contenido del testamento.
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