El futuro en buenas manos

GUILLERMINA LUZURIAGA

Mathías Calfani es una de las cuatro nuevas caras en la selección nacional que Gerardo Jauri eligió para el Sudamericano de Neiva.

Al igual que Iván Loriente, Bruno Fitipaldo y Joaquín Osimani, este enorme pívot artiguense de 18 años, siente que está cumpliendo el sueño que tuvo desde niño.

"El hecho de ser convocado a la preselección fue una sorpresa enorme, pero lo que sentí cuando me dijeron que estaba adentro me emocioné mucho, sentí algo muy difícil de explicar. Es lo que siempre quise", explicó Calfani a poco de partir rumbo a Venezuela.

El joven de Biguá tiene experiencia vistiendo la celeste, pero en las formativas. Hace pocas semanas terminó su ciclo en la Sub 18 en el Premundial de San Antonio, donde tuvo un excelente desempeño personal ubicándose como tercer mejor rebotero con un promedio de 8.8.

"Viajé sabiendo de la convocatoria, pero pensaba que iba a tener unos días para descansar y cuidarme del hombro (sufrió una luxación en el derecho). Pero cuando llegué, ya estaba recuperado y me uní enseguida a la preselección"

Calfani fue claro a la hora de hablar de las posibilidades que consideraba tener para viajar al torneo continental: "Había muchos jugadores importantes en mi posición, pero desde el principio había dejado claro que iba a buscar mi lugar entre los doce, y si bien no iba a hacer enemigos, iba a competir -de forma sana- para poder meterme entre los elegidos. Tenía en mente que si me habían preseleccionado por algo era, fui a eso", y no se equivocó.

Practicar al lado de jugadores experientes como Gastón Páez y Reque Newsome y sobre todo de Esteban Batista, está siendo una experencia importante para Calfani: "Los conocía de nombre y de vista, pero nunca había estado con ellos. Del grupo (por jugar en el "Pato" de Villa Biarritz) tenía relación con Mauricio Aguiar y Joaquín Osimani, pero después de que pasaron los días y fuimos a Brasil, me integré al grupo perfectamente ", explicó el pívot.

Incluso sintió un apoyo enorme cuando comenzó los entrenamientos y se sentía perdido: "No sabía ningún sistema ni jugadas, pero todo el grupo, más que nada los que están en mi misma posición, tuvieron la voluntad de decirme qué hacer. Me he sentido respaldado en todo momento", contó sin vergüenza.

Calfani aclaró que es conciente del rol que va a cumplir en el plantel, y que le gusta: "Sé que voy a tener pocos minutos como es lógico. Mi trabajo debe ser más defensivo que de ataque. Tengo que marcar, poner cortinas y agarrar todos los rebotes que pueda. Igual, sé que tengo confianza del técnico y de todos mis compañeros para que cuando me quede el tiro cómodo o pueda jugar el uno contra uno, lo haga".

"Voy a esperar por si se necesita defender una bola, o por alguna jugada específica. Voy a analizar como siempre los partidos y si me toca entrar dar todo", dijo sobre los partidos del Sudamericano.

Si bien tanto Argentina como Brasil, a priori las selecciones más poderosas del continente, no van a viajar con sus mejores exponentes, es necesario tenerles cuidado: "Hay que respetar a todos los rivales. Respeto pero no temor, vamos a jugarles de igual a igual a todos, como es característico de Uruguay", puntualizó.

Jauri decidió renovar el plantel y que los jóvenes puedan jugar a primer nivel. Seguramente no decepcionarán.

De viaje

Ritual de inicio

Como sucede en todos los equipos, los debutantes son objeto de burlas y juegos por parte de los mayores, y Calfani no ha sido la excepción. "Ya me raparon en Brasil y me advirtieron que cuide muy bien la habitación y todas mis cosas porque todo puede aparecer desarmado.

Advertencia

"La elección del compañero de habitación lo elegimos en el avión antes de llegar, pero sea quien sea, tengo que cuidar todo", contó Calfani. "La valija va a tener siempre candado", dijo entre risas.