D. ISGLEAS / P. MELÉNDREZ
La Justicia probó que la cuenta bancaria de una empresa ficticia de supuesto origen alemán pertenece a proveedores de la Armada. Ante la jueza Gatti, los indagados inculpan a tres almirantes por el sistema de "compras fantasmas".
La indagatoria respecto al manejo irregular de fondos en adquisiciones de la Armada logró reunir elementos probatorios que evidencian la participación de empresarios privados en el sistema de compras ficticias que tenía por objetivo ingresar "fondos frescos" que eran destinados a otros gastos de la fuerza, admitieron varios oficiales.
La jueza especializada en crimen organizado Graciela Gatti y la fiscal Mónica Ferrero probaron que al menos dos empresarios, habitualmente proveedores de la Armada, tienen vinculación con la maniobra de compras ficticias, al haber facilitado una cuenta bancaria a su nombre en la filial de Nueva York de un banco internacional vinculada a una empresa alemana que no existe.
Esta empresa "fantasma" llamada SWWK Motoreng fue con la cual la Armada simuló en 2008 la compra de un banco de prueba para motores por un total de US$ 400.000.
Según un informe de la Unidad de Información y Análisis Financiero del Banco Central entregado a la jueza Gatti el pasado 27 de julio, la cuenta en el Banco Hapoalim de Nueva York está a nombre de dos proveedores reales de la Armada, y no de la supuesta firma alemana a la que la Armada "compró" el banco de pruebas.
Estos empresarios son los mismos que en 2007 fueron intermediarios en la venta a la Armada de 16 lanchas patrulleras por US$ 6.200.000, que se encuentran actualmente en Haití al servicio de la misión de Naciones Unidas en ese país.
Esa compra fue cuestionada a nivel político al afirmarse que la Armada pagó sobreprecios por las unidades y descartó otras lanchas de mejor calidad y a menor precio ofrecidas por una empresa rusa.
La vinculación de los empresarios con las operaciones actualmente indagadas fue el objeto de uno de los interrogatorios judiciales a los que fue sometido el capitán de navío Gerardo Feble, ex director de Logística (N4) del arma. El oficial admitió ante Gatti y Ferrero que conoce a esos proveedores.
Inicialmente, la supuesta compra del banco de prueba para motores como la de una grúa hidráulica -que se registró a nombre de una firma argentina pero con datos falsos- se iban realizar por transferencias bancarias.
Sin embargo, hubo un cambio en la operativa y el dinero por las compras fraudulentas se pagó con cheques que fueron retirados en el Comando de la Armada por representantes ficticios de las falsas empresas, según probó la investigación.
En otro momento del interrogatorio, la jueza Gatti le preguntó a Feble quién puede decidir hacer compras ficticias para tener "fondos frescos". Ante eso, el oficial indicó que las decisiones correspondían al ex comandante Juan Fernández Maggio, al ex jefe de Estado Mayor y actual comandante de la Flota, Manuel Burgos, y al actual jefe del Estado Mayor Federico Lebel.
Feble dijo que las decisiones correspondían "básicamente a los almirantes".
"Yo no decidía el destino (del dinero) lo hacían los superiores inmediatos, Fernández Maggio, Manuel Burgos, Federico Lebel. El contralor oficial era del comandante en jefe", dijo.
Esta es la única vez en toda la etapa de interrogatorios judiciales que uno de los indagados menciona al contralmirante Lebel como partícipe de la toma de decisiones en este caso.
Años atrás, Lebel fue también jefe de la División Logística del Estado Mayor, la oficina donde se desempeñó Feble.
Este oficial también declaró ante Gatti que él "sabía que la compra de la grúa era para que quedaran fondos para la Armada, y que la grúa no iba a quedar incorporada" a la fuerza.
CAREOS. El lunes próximo, Gatti y Ferrero realizarán una ronda de careos entre todos los oficiales navales implicados, en virtud de la existencia de contradicciones entre sus testimonios. Fernández Maggio y Burgos declararon el pasado 31 de julio y dijeron desconocer la maniobra, pero Feble y otros jerarcas afirman que sí la conocían y la dirigían.