Tras la polémica suscitada la semana pasada por la calificación de El cuarto de Leo, otra película uruguaya se enfrenta a cuestionamientos. Miss Tacuarembó es criticada desde España por motivos religiosos, mientras que en Uruguay está bajo estudio.
"Lejos de ser una película para niños -como la presentan sus productores- ofende a los creyentes con mensajes anticatólicos y la representación de un Cristo que termina bailando en taparrabo, seducido por la protagonista", apunta el presbítero español Tomás de la Torre Lendínez desde una nota publicada en la web www.infocatolica.com. La nota era a propósito del inminente estreno del film en su país.
En Uruguay, la Asociación Familia y Vida, integrada según ellos mismos declaran, por profesionales de diversas materias, ideologías y religiones, planea reunirse el próximo lunes para estudiar si ante esta película corresponden las figuras de incitación al odio, desprecio o violencia en función de raza o religión que marca el artículo 149 bis del Código Penal. Si determinan que esto es aplicable, bien podrían iniciar acciones judiciales por su cuenta o dar pie para que el gobierno tome la iniciativa. De llegar a concretarse algunas de estas opciones y en caso de que un juez determine que se ha cometido el delito marcado por el artículo citado, la pena prevista oscila entre los seis y los veinticuatro meses de prisión.
Desde el punto de vista de la Asociación, la película representa un agravio colectivo y no sólo individual o puntual, ya que, desde su punto de vista, cualquier religión que tenga a Cristo como figura central podría sentirse agraviada con la representación religiosa de la película.
El film del artista plástico Martín Sastre, basado en la novela de Dani Umpi (cuya reedición se presenta esta tarde en Montevideo), emplea temas e iconografía católica tanto en las escenas dramáticas como en las musicales. El personaje de Natalia Oreiro trabaja en una feria llamada Cristo Park, donde hay diversas atracciones de inspiración bíblica. El actor argentino Mike Amigorena interpreta a Jesús, quien baja de la cruz y hace una coreografía con un grupo de monjas.
"Gracias a una intensa campaña de marketing que la promovió como un filme para toda la familia, la película ha logrado una taquilla importante, pero más de un espectador ha abandonado la sala durante su exhibición, desconcertado por la agresión a la fe cristiana", afirmaba la nota del presbítero español. Lo cierto es que la película está en cartel desde hace cinco semanas y mañana entrará en la sexta.