JORGE SAVIA
Muchas veces se ha dicho que las Eliminatorias europeas "no tienen nada que ver" con las sudamericanas, que son más complicadas por el tema de la altura, que en el viejo continente no existe, y por las distancias, que acá son menores.
Incluso, también en múltiples ocasiones, esos argumentos han sido considerados como excusa de aquellos que recogían malos resultados en las rondas clasificatorias.
No es así; y prueba de ello es que después de la goleada que le propinó la selección argentina a la española, Iniesta exclamó: "¡Jamás había viajado tanto para jugar un partido de fútbol!"
Debe ser cierto. O casi, porque alguna vez puede haber ido a China o Japón; pero es igual que con el tema de la altura, al que los europeos -ante las inquietudes planteadas por varios países sudamericanos- nunca le dieron corte: se dan cuenta de la realidad de esta parte del mundo, cuando los roza.
Es lo que ocurrió antes del Mundial, cuando Francia, España e Italia se fueron a preparar a los Alpes por los 1.350 metros de Johannesburgo, que al lado de los 3.650 de La Paz son como jugar en un pozo.
¿Y vos qué decís?
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