No gasten pólvora en chimangos

El tema de la seguridad y la violencia en los escenarios deportivos, como también el de la complejidad que encierra la búsqueda de soluciones efectivas para dicha problemática, está muy "trillado".

Sin embargo, a veces, o cada tanto, se da una situación que, si no es nueva, al menos lleva -quizá- a un análisis o, incluso, parte de lo ya hablado y, por eso mismo, hasta se da por sentado.

Por ejemplo, ¿de que vale una campaña de prevención, o la exhortación a las hinchadas que se hace por los altavoces de las canchas, como también el trabajo de concientización que las autoridades -y también el periodismo- reclaman siempre que los dirigentes hagan con los "peligrosos" conocidos que hay en el entorno de cada una de las entidades, si el perfil de aquellos a los que deberían ir dirigidos -para que tengan utilidad práctica- esos mensajes, es el de ese hincha de Danubio que fue al fútbol con un revólver y su hijito de cinco años?

No hay campaña, ni exhortación, ni concientización, ni Inspector Mendoza que valga. Parecerá conformista, o fatalista, acaso, pero a esas mentes no "le entrás" con nada.

¿Y vos qué decís?

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