El espíritu de los goleadores

Cada pelota que cae al área rival es gol o medio gol si en la cancha está el "Morro" Santiago García. Su clase, su olfato goleador, su intuición y su talento para definir, lo hacen casi imprescindible en Nacional. Hoy hace la diferencia.

En Peñarol pasa lo mismo con Juan Manuel Olivera, un nueve bien de área, de aquellos delanteros que los grandes se abastecían año tras año allá por la década de los 60, los 70 y los 80. Pelota al área era gol o medio gol.

Pero no sólo está Olivera para cumplir a la perfección con su rol en el área adversaria. Peñarol cuenta con un goleador interminable: el "Tornado" Alonso, el máximo artillero de los aurinegros en la temporada.

Juega poco, entra casi siempre en el cierre de los partidos, pero es infalible. Va y va, quiere y quiere, pelea, lucha, corre cada pelota como si fuese la última, y por lo general, obtiene su premio: el gol.

Al igual que el "Morro" y que Olivera, el "Tornado" mantiene intacto el espíritu de los goleadores y eso también hace la diferencia.

Con ellos, cada pelota que llega al área es gol o medio gol.