Arbitraje excelente y con futuro

El uruguayo Joaquín Montes fue el árbitro de la final de la Copa del Mundo "B", en la cual se impuso Samoa con un try sobre la hora ante Japón.

Es la primera vez que un juez uruguayo llega a este nivel internacional. Lo concretó luego de intensas y exigentes evaluaciones realizadas por la IRB sobre su capacidad técnica, física y psicológica.

Confiábamos en él, pero la realidad nos superó con creces.

Joaquín ratificó su exacto golpe de vista, sumado a una excelente ubicación para estar en el lugar adecuado observando de cerca cada incidencia.

Lo anterior rodeado siempre de ese equilibrio particularmente rugbístico para dar la "ventaja" adecuada, exigiendo jugar con lealtad e inteligencia.

Y vaya que lo logró. Nunca fue protagonista, cobró de cerca y sin aparatosidad, lejos de estridencias y, por sobre todo, con la permanente sonrisa de quien domina la situación y a la vez disfruta de la conducción en la cancha.

Casi al final, la tecnología de la TV buscó confirmar, desde todos los ángulos, si valía o no el try concedido por Joaquín, sin titubear, a Japón para igualar el tanteador casi sobre la hora de finalización.

Joaquín tenía razón y le ganó a las cámaras.

Es un juez celeste que sabe y hace jugar rugby. A cualquier nivel.