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SOY CELESTE por Edward Piñón
Si no se la dan al pie, es imposible
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Por un lado está la intensidad, la agresividad en la marca, el ida y vuelta, la presión constante. Por otro lado está el brillo, la pausa, la penetración con pases milimétricos, la generación. Las dos cosas son hiper relevantes en un equipo y con cualquiera de las dos se puede ganar un partido de fútbol. El tema está en la mejor ejecución del libreto y también en el solista que se encarga de ello.
En el Uruguay de Óscar Tabárez se vuelve a cuestionar el papel del enganche, y esta vez el peso de la responsabilidad cae con fuerza sobre Nicolás Lodeiro. Una situación similar a la vivida por Ignacio González. En favor del juvenil, lo que puede decirse es que contra Perú mostró mayor dedicación en tomar contacto con la pelota, de lo que lo hizo "Nacho" en aquel debut contra Francia en Sudáfrica 2010.
A los dos, por cierto, les pasó algo muy similar: sus compañeros los utilizaron muy pocos, porque la pelota por lo general les pasó por encima de las cabezas. Y cuando no ocurrió eso, por lo general no encontraron eco para el "tuya y mía".
Con todo, bajo el influjo de Lodeiro Uruguay tuvo los mejores minutos en el segundo tiempo y nadie puede negar que fue gravitante para la igualdad en un tanto por bando. Como lo dijo Juan Pablo Varsky en su twitter: "una daga" de Lodeiro habilitó a Suárez.
Está claro que no fue brillante, pero nadie en su lugar lo hubiese logrado cuando sus compañeros del mediocampo "bartolearon" la pelota y cuando los zagueros le pegaron con obsesión para adelante. No hay enganche que juegue bien si no se la dan al pie.
Ovación digital
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