Obligados a cambiar un montón

Del estilo de juego prácticamente no se puede ni hablar, porque lo de Uruguay fue muy pobre. Con demasiadas equivocaciones en las entregas, con poquísimo aprovechamiento de los laterales y con una alarmante actuación en la mitad de la cancha, la Celeste no jugó, lo que hizo fue sufrir el partido.

Chile, que demoró en entrar en juego, terminó adueñándose del encuentro por la movilidad y buen manejo de sus hombres y Uruguay quedó expuesto. Demasiado. Y si esa exposición, si esa franquicia que se originó por una franja amplia del campo no fue bien aprovechada por los transandinos fue gracias al trabajo de Muslera y a los buenos cierres que hicieron, entre otros, Coates, Maximiliano Pereira y Martín Cáceres.

La ventaja en el marcador, generada por una muy buena acción, fue de las pocas cosas destacadas de un equipo que debió tener modificaciones mucho antes.

Si no se hacen cambios, si no hay una superación, la mano viene brava.