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SOY CELESTE por Edward Piñón
La Confederación de los amigos
La Confederación ya no se aguanta más. Es una vergüenza. Tendrían que irse todos. O al menos deberían mandarse a mudar de forma inmediata los que no aplicaron las sanciones que correspondían a los jugadores que se tomaron a golpes de puño en la semifinal de Paraguay-Venezuela. ¿Una multa? Por favor. Es para reírse, o para sacarse las ganas en una cadena interminable de insultos por el pobre manejo profesional, por la falta de criterio. ¿Cómo se manejan? ¿Como un club de amigos?
A ver si lo entienden, si les queda bien clarito, el mensaje que mandaron a todos los países es que todos "pueden agarrarse a trompadas tranquilamente que al partido siguiente juegan seguro".
Bueno, en realidad, haciendo memoria, hay que establecer que esto no es tan así. Porque el "Cebolla" Rodríguez acostó de una piña a Heinze en el Centenario y como eran las Eliminatorias, bajo el rigor de FIFA, se comió cuatro partidos y lo sacaron del Mundial.
Acá no. El libro de la Conmebol es diferente. Y tal parece que es distinto según el país en el que se juegue o el país que intervenga en los hechos de violencia. O los repudian y sancionan a todos por igual o se hacen los "tontos" con todos.
La manera en la que están gobernando el fútbol sudamericano genera un profundo rechazo. Pongan auténticos códigos de pena, sancionen como corresponde a los jugadores que cometen atropellos. Y, por favor, a los jueces que no arbitran como corresponde también aplíquenles sanciones. Si no lo hace, váyanse de una vez de esos sillones que tanto adoran. Dejen el club de amigos.
Ovación digital
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