"El Madrid" también le da carta blanca

El "Barca" no "se recibió" de mejor equipo del mundo el sábado pasado; para eso no precisaba ganarle de atrás "al Madrid" y, encima, sacarle el invicto y cortarle una racha de 15 triunfos, por si todo lo anterior fuera poco, en el templo sagrado de la "Casa Blanca".

Hace tiempo que el funcionamiento del cuadrazo catalán -base indiscutible de la España campeona mundial en Sudáfrica- es a los ojos de quienes llevan visto mucho fútbol, comparable con los de Holanda 74, Brasil 70, el Ajax del inicio de esa década, el Santos de Pelé y Hungría del 54.

Ahora bien, aparte de su valía, hay algo que también "pesa", para que los azulgrana refuercen, hasta llegar a un nivel casi dictatorial, su supremacía sobre el tradicional adversario.

"Son jugadas que normalmente manda adentro", dijo Mourinho después del clásico acerca de los dos goles que erró Cristiano Ronaldo. No es un detalle, sino casi una clave: justo cuando tiene que enfrentar al mejor equipo del mundo, su gran figura, su goleador, ese que suma haciéndole de a dos, tres y cuatro al Zaragoza, el Sporting, el Racing o el Getafe, falla.

Si Mourinho, por más compatriota que sea, y sobre todo el Real Madrid, no se dan cuenta de eso; si ese aspecto no entra en su autocrítica de entrecasa, el "Barca" no sólo va a seguir manteniendo su abrumadora hegemonía dentro del fútbol de España, sino que cada vez que se enfrente con su rival de todas las horas, la va hacer más grande y más pesada.