Jorge Larrionda es bronce en el mundo

SILVIA PÉREZ

Jorge Larrionda fue reconocido por el IFFHS (Instituto de Historia y Estadística de Fútbol) como el tercer árbitro de mundo en la primera década del siglo XXI. Sólo superado por el alemán Markus Merk y el colombiano Óscar Ruiz y por encima de jueces como el suizo Busaca o el italiano Colina. También fue el juez uruguayo más destacado en los últimos 25 años.

"Es gratificante, pero no soy muy amigo de los ranking. Es muy difícil comparar árbitros, porque no compiten entre sí y nunca dirigen el mismo partido ni lo hacen bajo las mismas condiciones. Es complicado; pero, bueno, habla de la confianza que uno generó en la carrera y de las oportunidades que le dieron. De las cuales muchas se pudieron aprovechar positivamente y generaron otras nuevas. Todo eso genera un puntaje que creo que fue lo que tuvieron en cuenta. Son quiénes se destacaron en función de lo que les tocó dirigir", dijo Larrionda.

"Entre ese grupo de gente que ama esta profesión, algunos tuvimos la suerte de llegar a competencias que generaran la posibilidad de ser hoy reconocidos como los mejores de la década", agregó el árbitro.

vacas sagradas. Según las reglas, a Larrionda le quedan tres años dentro de las canchas, pues a los 45 años debe retirarse. Ya no podrá dirigir a nivel internacional y tampoco en Uruguay. Aseguró que el retiro le preocupaba más antes que ahora y que espera irse a tiempo.

"A veces con los años a los árbitros se los valora mucho más por su experiencia o por la confianza que generan, que por el momento que están atravesando. Si bien sus decisiones siguen siendo creíbles y en un alto porcentaje acertadas porque ya tienen todo ese bagaje de experiencia y conocimientos, hay otras facetas que debe tener el árbitro, pero que de repente no son tan vistas, que se empiezan a perder. Como el desplazamiento dentro de la cancha, la ubicación o la velocidad de reacción. Es lógico que pase. Lo he visto con otros árbitros, a quienes en aquella época les decían las vacas sagradas. Jueces que estaban más allá del bien o del mal, arbitraran como arbitraran. A mí no me gustaría llegar a ser una de ellas. En lo que tiene que ver con la confianza sí, pero no es un buen espejo, un buen ejemplo para los árbitros jóvenes. Permitirse determinadas licencias, gestos o incluso canchereadas, no es bueno para los que vienen detrás. Todos hemos canchereado alguna vez, pero una cosa es hacerlo una vez y otra cancherear en todos los partidos", enfatizó.

bicho. "El gran tema es saber si uno se da cuenta cuando le empieza a pasar. Pero tengo buenos amigos que me lo van a decir. No le temo al retiro, le tenía más miedo antes, pero no ahora que estoy más cerca. Tengo amigos que han dejado de arbitrar y los veo muy bien", dijo.

"Creo que voy a hacer cosas que no me ha permitido el arbitraje, como jugar al fútbol con mis amigos. En la empresa, por ejemplo se hacen campeonatos internos; pero nunca me iría a otro país para seguir arbitrando. Se acerca el momento de colgar el silbato y va a ser definitivo".

Es que en algunos países se permite seguir arbitrando después de los 45 años, una medida que tiene cosas positivas y negativas. Larrionda no la comparte. "Hay que promocionar a la gente nueva y la única forma de darle oportunidades es que esas posibles vacas sagradas se vayan", afirmó.

Aunque le gustaría seguir vinculado al arbitraje, no hace planes en ese sentido porque no depende de él. De lo que sí está seguro es que no le va a resultar difícil vivir lejos del silbato; y mucho menos de la popularidad. "Soy medio bicho. A veces estoy en el supermercado con mi esposa y si me empiezan a mirar mucho, me voy", contó.

"Sé que hubo momentos del crecimiento de mis hijos que me perdí, y que son irrecuperables. Pero no lo tengo como una frustración. He vivido intensamente el arbitraje, pero también a mis afectos. Aunque habría que preguntarle a mis hijos; pero creo que lo he sobrellevado bien".

Lo curioso

Tarjetas. "En una Copa América hubo un encontronazo entre dos jugadores y yo lo vi a unos 15 metros. Vi una discusión fuerte y un pequeño empujón. Irían 5` de partido y corrí dispuesto a amonestarlos. Uso las tarjetas una en cada bolsillo, pero me había equivocado al guardarlas y les saqué roja. Ni protestaron".

Reconocido

El mejor partido: "Por lo que lució el trabajo arbitral y por las repercusiones que tuvo después, Italia y Estados Unidos en el Mundial de Alemania 2006".

El peor partido: "Eligiría el de Inglaterra y Alemania en el último Mundial, pero por lo que significó aquella jugada, porque no fue un partido mal dirigido".

La disciplina: "Un árbitro no se siente mal cuando se come un penal, sino cuando pierde el control de un partido; cuando los jugadores no lo respetan".

El peor insulto: "Fue de una dama en el Parque Forno hace muchos años, arbitrando una cuarta División de Danubio, pero es de los que no se pueden repetir".

El más gracioso: "Me habían hecho una nota en la que contaba que no me gustaba la cumbia y prefería el rock; un hincha de Central Español me gritó: `rockero hijo de mil putas`".

Un error: "Hay muchos, es difícil elegir uno; la gente dice que el árbitro actuó bien cuando no incidió en el partido, pero el árbitro siempre incide, con sus errores y aciertos".

El gran honor y orgullo de ser el presidente de la nueva AUDAF

Tras diez años de ruptura, el gremio del los árbitros volvió a unirse y Jorge Larrionda es el presidente de la nueva AUDAF. "Hay dichos populares que son sabios, el tiempo sana las heridas. Aún hay en actividad unos cuantos árbitros que pasamos por el difícil momento de la división. Y fueron los que no dejaron nunca apagar la llama de la posibilidad de volver a unirnos. Más allá de las convicciones de cada uno, todos éramos conscientes que no iba a ser para siempre. Porque la mejor forma de hacer valer nuestros derechos es estar unidos y no como enemigos", dijo.

"Hubo momentos en que hubo mucha desconfianza y si no tenés confianza en un par es complejo, por eso fue más sano funcionar en forma independiente. Por suerte, con el tiempo pudimos ir reconstruyendo lazos. Hubo varios intentos antes y mucha gente que trabajó por esto, como Juan Cardellino, Antonio Braga, Olivier Viera, Álvaro Díaz y Fernando Ruiz. Hoy para mí es un gran honor y orgullo ser el presidente tras las elecciones conjuntas y con lista única. Pero siempre siendo uno más y tratando de trabajar en equipo", finalizó.