La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) definió ayer la crisis nuclear que vive Japón como "muy grave". Estados Unidos, en tanto, alertó que la radiación que se emite desde la planta Fukushima 1 es "extremadamente alta".
La AIEA, que depende de Naciones Unidas y cuyos expertos se dirigirán hoy a Japón, reconoció ayer que los reactores 1, 2 y 3 de la planta están dañados. Aunque, sostuvo, la principal fuente de radiaciones es el reactor 4, cuya piscina de residuos experimentó una disminución en el nivel de agua, dejando al aire las barras de combustible usado, que son altamente contaminantes.
"La situación ha evolucionado y es muy seria", reconoció Yukiya Amano, el japonés que preside la AIEA. Este aseguró que "los operarios de la planta están haciendo lo máximo para restaurar la seguridad de los reactores".
Por la mañana de ayer la central estuvo vacía por varias horas, hasta que 180 obreros se dirigieron al lugar para intentar frenar el desastre. Buscaban la manera de enfriar los reactores. Además de los cuatro que ya presentan problemas, los 5 y 6 empezaron a levantar calor.
Para la Autoridad de Regulación Nuclear de Estados Unidos, existen "altos niveles de radiación en Fukushima 1 -que es tan solo una de las cuatro plantas del país que presentan problemas-. Y señaló que la dosis a la que se están sometiendo los expertos "puede ser potencialmente letal en un breve período de tiempo". Así lo aseguró Gregory Jaczko, titular del organismo norteamericano.
Las autoridades estadounidenses pidieron a sus ciudadanos en Japón que se mantengan, al menos, a 80 kilómetros de la planta nuclear. Y a aquellos que vivan más cerca de esa distancia los instó a evacuar de inmediato sus hogares.
Gran Bretaña, en tanto, siguió los pasos de Francia, que recomendó a sus ciudadanos abandonar incluso Tokio, que queda a 240 kilómetros de la planta pero que, según expertos, también estaría perjudicada por la radiación.
El accidente nuclear en Japón puede tener un "impacto superior" al desastre de la central de Chernóbil, que se produjo en 1986 en Ucrania, advirtió ayer el portavoz del gobierno francés, Francois Baroin.
Este dijo que coincide con el informe de la ministra de Ecología, Nathalie Kosciusko-Morizet, quien advirtió en reunión de gobierno que en Japón "el peor escenario es probable". "Todo es posible", añadió.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en tanto, aseguró ayer que no hay posibilidades, hasta ahora, de que las radiaciones lleguen a otros países y que no hay peligro para aquellos que están fuera del área de evacuación.
Ayuda. Estados Unidos ya tiene personal en el país para ayudar a evitar una catástrofe. Ante los intentos infructuosos de las autoridades niponas de enfriar los reactores, tras las sucesivas explosiones e incendios, un avión sin piloto norteamericano inspeccionará la central nuclear hoy, para tratar de recoger información sobre el estado de los reactores, informó la agencia japonesa Kiodo.
La aeronave, equipada con dispositivos infrarrojos, volará sobre Fukushima para tomar fotografías que aporten datos útiles sobre lo que sucede dentro de los edificios de los reactores. El gobierno japonés le pidió días atrás ayuda al gobierno de Barack Obama y a la propia AIEA para poder afrontar la difícil situación.
La situación se torna incontrolable ya para el archipiélago. Incluso ayer, Japón suspendió un plan para utilizar helicópteros en las tareas de enfriamiento de Fukushima 1. Los niveles de radiactividad no permitieron volar por encima de la planta. El martes el gobierno determinó una zona de exclusión aérea 30 kilómetros a la redonda de la central.
"Imprevisible". El emperador Akihito expresó ayer preocupación por el carácter "imprevisible" de la crisis nuclear que golpea a Japón. Se dirigió a sus súbditos, en una de sus pocas apariciones, a través de las señales de televisión.
El hecho de que los mensajes de los emperadores a lo largo de la historia se hayan producido en casos de guerra o catástrofes, da una idea de la magnitud de la tragedia que atraviesa el país.
"Siento gran tristeza por las víctimas del sismo y del tsunami: no se sabe cuántos sean, pero espero que sean salvados, aunque sea una persona más", dijo Akihito.
"Ahora, el problema es nuclear y espero que se resuelva. Las tareas de socorro siguen adelante, en el frío. Faltan comida y combustible y todos están en condiciones de emergencia", añadió el emperador.
Ayer fuertes nevadas le dieron un nuevo golpe en el piso a Japón. Las bajas temperaturas hacen que se esfumen las esperanzas de encontrar sobrevivientes entre los escombros que dejó la catástrofe natural.
(FUENTES: AP, AFP Y ANSA)
Las cifras
180 Son los obreros que intentan evitar una catástrofe en la planta; Estados Unidos advirtió que corren peligro sus vidas.
80 Washington instó a los ciudadanos norteamericanos que estén en Japón a que se mantengan, al menos, a 80 km de la central.
AIEA advirtió peligro en 2008
Un cable secreto del Departamento de Estado norteamericano, dado a conocer ayer por WikiLeaks, señala que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) advirtió a Japón en diciembre de 2008 que sus plantas nucleares no estaban preparadas para hacer frente a poderosos sismos.
De acuerdo a los informes, dados a conocer por el periódico Daily Telegraph, un funcionario de la AIEA advirtió a Tokio que las plantas nucleares japonesas estaban "desactualizadas" y terremotos de grandes magnitudes podrían presentar "serios problemas".
El gobierno japonés prometió mejorar la seguridad de sus plantas nucleares, pero finalmente no lo hizo.
La planta de Fukushima sólo estaba preparada para soportar un terremoto de 7 grados en la escala de Ritcher, y no de 9 como el ocurrido el viernes pasado.
El cable diplomático de la Embajada estadounidense en Tokio cita a un experto de la AIEA que expresaba preocupación por la situación, al indicar que la planta fue actualizadas tres veces en los últimos 35 años.
Más Wiki. El 16 de julio de 2007 a las 10.13 un terremoto de magnitud 6,8 en la escala Richter dañó la central nuclear japonesa de Kashiwazaki-Kariwa, la mayor del mundo, con siete reactores. El primer día de la catástrofe, la Empresa de Electricidad de Tokio (Tepco), propietaria también de la central de Fukushima, minimizó los daños. Al día siguiente admitió que quienes diseñaron la planta no previeron que podría afrontar un sismo de esa magnitud. Y asumió que se habían vertido al mar cientos de litros de agua con 60.000 becquerelios (unidad de medición de la radiactividad). Un día después la empresa reconoció que la cifra ascendía a 1.300 litros con 90.000.
Es cierto que aquella fuga fue muy pequeña comparada con la de Fukushima. Pero la información que aportó Tepco dejó mucho que desear. Los documentos informaban de que aunque el material vertido no suponía una amenaza para el medio ambiente, el propio gobierno estaba muy molesto por la forma en que Tepco había gestionado el incidente. El País de Madrid y ANSA