JOSÉ MASTANDREA
Por primera vez, los hinchas del Ajax se tomaron la cabeza y no festejaron. Por primera vez, sufrieron en carne propia lo que disfrutaron durante años: la eficiencia goleadora de Luis Súarez.
El exartillero del fútbol holandés, dejó su huella, anotó el gol de Uruguay y terminó transformándose en la mejor figura de los celestes.
"Nooo... no es una revancha para mí, ni para el equipo, pero tengo esa espina clavada de no haber podido jugar ese partido en el Mundial", tiró Suárez previo al choque con Holanda.
Ayer se sacó esa espina, y por partida doble porque no sólo pudo jugar contra Holanda, sino que le marcó un gol.
El salteño empezó con todo. Vivaz, explosivo, participativo, generó varias jugadas de nivel y ambientó muchas situaciones de gol para los celestes.
Ya a los 25 segundos de juego, picó la punta derecha, dejó rivales por el camino, hizo un centro al área, pero la pelota no fue recepcionada por Forlán ni Cavani.
A los 24 minutos, se llevó la pelota por la izquierda, cuando pisó el área y enfrentó al arquero, en vez de tirar al arco, eligió el centro al segundo palo por donde ingresaba solo Cavani. El cabezazo del delantero del Napoli fue rechazado en la línea por un defensa holandés. Casi gol.
Los defensas se miraban y no entendían nada. ¿No lo conocían muchachos? A esa altura, cada pelota que tocaba Suárez era de riesgo para el fondo naranja. El técnico se los recordaba a los gritos.
A los 41, despertó la primera gran ovación del Centenario. Otro contragolpe veloz de Uruguay, Cavani se la cede y a centímetros del área chica, Suárez anotó.... pero no fue... el línea de la Olímpica levantó su bandera y anuló la conquista de Luisito. Protestas varias, pero Pittana no lo dio.
En el arranque del complemento pareció perdido, no tan metido en el juego como al inicio, pero a los 28 despertó con un tiro pasado, alto, que casi se le mete al arquero holandés junto al segundo palo. Estaba ahí, al acecho, como siempre.
Y después, llegó el gol, ese gol tan ansiado y tan buscado por la celeste. Corrida electrizante de Cavani por izquierda, se sacó a dos rivales de encima, metió la pelota rastrera en el área holandesa, pasó por varias piernas y cayó en el pie derecho de Suárez. Frío como un cuchillo, con una montonera de jugadores en el arco, tocó junto a un palo... y ¡¡Gooolll!! festejo enloquecido del salteño y de todo el plantel que lo abrazó hasta más no poder.
Minutos después, corrida del propio Súarez por derecha, centro rasante pero ni Abel ni Cavani llegaron... fue su última pelota, su último granito de arena para la celeste. Se fue a los 88` ovacionado. Suárez, sí el del Ajax. ¿Lo conocen?
La tuvo y no falló
Ingresando por el segundo palo, Suárez recibió la habilitación de Edinson Cavani, a quien él minutos antes había dejado de cara al gol. El salteño convirtió con toque de derecha pero se lo anularon por fuera de juego.
Eludiendo rivales
El delantero no resignó la posibilidad de desequilibrar con la jugada individual: varias veces tiró la "moña" y dejó por el camino a los adversarios. Además, metió muy buenos pases, incluso cambios de frente.
Muchos aplausos
Cuando el maestro Óscar Tabárez decidió sustituirlo ya iban 88 minutos de juego. En ese instante, Luis Suárez recibió una gran ovación de los aficionados y él los retribuyó aplaudiendo hacia las cuatro tribunas.
Así se define
Luis Suárez acomodó la pelota con enorme tranquilidad, buscó el punto exacto al que iba a mandar el balón y remató con la cara interna de su botín derecho. El balón entró contra el primer palo para el 1-0.
Una carrera loca
El "Salta" inició un festejo espectacular. Como si fuera un partido mundialista. La carrera lo llevó hasta el punto de unión de la América con la Amsterdam y todos sus compañeros se le fueron arriba.
La cifra
5 jugadas de gol generó Luis Suárez en los 88 minutos que estuvo en el campo de juego. Fue el más peligroso.