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Cabildo. Tres sospechosas declaran ante la jueza Canessa
EDUARDO BARRENECHE
La jueza Fanny Canessa adoptará resolución hoy sobre una reclusa de la cárcel de Cabildo y dos cómplices que participaron en el homicidio de otra interna en la madrugada de ayer. Se trata de un hecho sin precedentes en un penal femenino.
A las una de la mañana de la víspera, cuando la jueza Penal Fanny Canessa arribó a la cárcel de Cabildo, se enteró que las reclusas habían alterado totalmente la escena del hecho ocurrido en el Sector 3.
Las sábanas con manchas de sangre habían desaparecido y las reclusas agresoras intentaron limpiar la celda de la presa asesinada y el piso del Sector 3 del establecimiento.
A las 8.30 horas de esta jornada, declararán ante la Justicia Penal la presunta autora, sus dos cómplices y las testigos.
En el Sector 3 de la cárcel de Cabildo conviven actualmente 45 reclusas. Los alojamientos son colectivos y las celdas están abiertas.
DISCUSIÓN. El incidente comenzó a la hora 0 de la víspera. Silvia Gissel Correa (29) -remitida por tráfico de estupefacientes- se encontraba en el Sector 3 de la cárcel femenina cuando se acercó otra reclusa. Según testificaron a la Policía, la discusión se originó por drogas aunque no se descartan otras hipótesis.
Testigos del hecho narraron a los agentes de investigaciones penitenciarias (DIAP) que Correa se tomó a golpes de puño con la agresora. Enseguida participaron otras dos internas amigas de la última.
Momentos después, la agresora le propinó dos puñaladas por la espalda a Correa con un cuchillo de cocina.
Según fuentes policiales, las agresora y sus dos cómplices trasladaron a Correa hasta la celda y la dejaron desangrándose.
Otra interna informó a la Dirección del establecimiento que la presa se había infligido a sí misma varios cortes en la espalda y que se encontraba malherida. Correa fue derivada a la enfermería. Minutos después, la guardia del penal se comunicó con la jueza Canessa y le informó que la reclusa había fallecido.
Cuando los efectivos del DIAP comenzaron a investigar el hecho, se encontraron con el código carcelario de la "omertá" o ley del silencio que impera en las cárceles uruguayas. Sin embargo, después de varias horas de indagatorias, las investigaciones apuntaron hacia tres internas, una de ellas autora de las puñaladas y dos cómplices.
Según una testigo de los hechos, la muerte de Correa derivó a raíz de una discusión del momento y no está vinculada a un ajuste de cuentas relacionado con su actividad extramuros. Hacía pocos meses que Correa había sido recluida por tráfico menor de drogas.
Para la Policía, en un presunto ajuste de cuentas no hay discusiones ni golpes de puño. La víctima es ultimada sin mediar disputa.
Gracias a los aportes de las testigos, los policías encontraron escondidas sábanas y ropas con manchas de sangre, aunque no hallaron el cuchillo de cocina utilizado para ultimar a Correa.
CAMBIOS. El comisionado parlamentario Álvaro Garcé afirmó a El País que el incidente confirma la tendencia de que cada vez hay menos diferencias entre una cárcel masculina y una femenina. "Ese homicidio no tiene antecedentes en una cárcel femenina", dijo Garcé.
El viernes 28 se había procedido al traslado de 144 internas de Cabildo al Centro Nacional de Rehabilitación. En tanto, 54 presos masculinos con buena conduta fueron derivados a uno de los módulos de Cabildo. "El hacinamiento disminuyó en esa cárcel", agregó Garcé.
El 8 de julio pasado, la directora de la Cárcel Cabildo, Margarita Hermida, dijo al relator de la OEA Rodrigo Escobar Gil que el hacinamiento la obligaba a alojar mujeres en el sótano de ese penal.
"A nadie le gusta dirigir depósitos de seres humanos. Estamos muy frustradas", dijo.
(Producción: Eduardo Delgado)
El 30 de agosto de 2010, el recluso Mauro Bozzatta fue encontrado muerto ahorcado en su celda del Centro Nacional de Rehabilitación (CNR). Bozzatta cumplía una pena por rapiña.
En un principio, el caso se caratuló como un suicidio aunque luego derivó en un asesinato. La Justicia probó que una educadora y un guardia del Centro de Rehabilitación mintieron al declarar como testigos en el marco de la causa que indagaba la muerte de Bozzatta.
Los funcionarios del CNR, que declararon ante la jueza Fanny Canessa y la fiscal adjunta Beatriz Scapusio dijeron que esa noche vieron que un interno, que un día antes había propinado una golpiza a Bozzatta, dormía en su celda.
Pero, al ser sometidos a un careo, admitieron que ni siquiera se habían acercado a esa celda, según dijeron a El País fuentes de la investigación. Como declararon como testigos, ese hecho los pone al borde de ser procesados por el delito de "falso testimonio".
En noviembre del 2010 Canessa procesó sin prisión a la directora del CNR, Diana Noy, al concluir que la jerarca, aun sabiendo que el interno fallecido había sido duramente agredido, no tomó medidas para preservar su vida.
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