El gremio empieza a temblar

El fracaso de las últimas rondas de negociaciones, que acercaron a las partes pero no lograron encontrar una solución laboral que tiene congelada a la NBA, ha dejado en evidencia las diferentes opiniones que han comenzado a aflorar en la interna del gremio de jugadores.

Las estrellas ya no respaldan como antes la labor del presidente de la unión, el jugador Derek Fisher, y del director ejecutivo, Billy Hunter, quienes hasta se rumorea están enfrentados entre sí.

Todo esto favorece a la otra parte, los dueños de los equipos, que esperaban ver este tipo de conflictos internos apenas a los jugadores le comenzaran a faltar sus sueldos.

La NBA, que representa a los equipos, continúa firme en repartir 50-50 las ganancias pero el gremio se ha negado a percibir menos del 52%.

Hunter se retiró abruptamente de la pasada negociación al negarse a bajar del 52%, algo que molestó hasta a los propios jugadores.

Fisher, por su parte, ha negociado en solitario, situación que levantó suspicacias.

La NBA, mientras tanto, espera pacientemente el resultado de todos estos problemas.