¿El fútbol no se mancha? ¡Cuidado!

En los últimos días abundó la información sobre "la muerte de un empresario de fútbol que era investigado por vinculación con el narcotráfico".

Quizá cabe una precisión, y no por el corporativismo que pudo alentar el dicho de Passarella de que "la pelota (en este caso el fútbol) no se mancha". Hay buenos y de los otros en todos lados.

Concretamente, la realidad -cada vez más frecuente, cierto- corre en sentido contrario al manejado: se trata de personas "investigadas por su vinculación con el narcotráfico" que, en una de sus varias actividades, pero no la básica, hace lo que le da la gana con su dinero (invierte, apuesta o "lava") en el fútbol uruguayo. No es una constante.

Eso sí, en el marco de ese tipo de relación, no parece prudente desoir lo que dijo el ex director general del Tráfico Ilícito de Drogas Julio Guarteche: "No hay sitio de la sociedad con más infiltrados que el fútbol, elegido por narcos para lavar dinero".

En otras palabras: si las "pintas" se multiplican y ganan espacios, el fútbol -ahí sí- corre el riesgo de mancharse; y en ese sentido es casi patético el ejemplo del otrora auge y la posterior decadencia del fútbol colombiano.