|
Desde el touch por Ceibal Regules
La "mano" no genera deportistas
No dar la mano a un rival deportivo es previsible cuando falta el respeto recíproco. No alentemos hipocresías. Lo difícil para un deportista es poder mirar a los ojos al rival, luego del encuentro, cuando sabe que personalmente fue infiel a principios morales que mintió y que, además, desconoce la ética que regulan el relacionamiento entre hombres honorables que no se escudan en falsas denuncias.
Cuando el rugby y el fútbol aun eran uno solo, un periodista de la publicación inglesa "Punch" definió, en 1850 que deportista: "es aquel que no solamente ha vigorizado sus músculos y desarrollado su resistencia por el ejercicio de algún deporte, sino que, en la práctica de ese ejercicio ha aprendido a reprimir su cólera; a ser tolerante con sus compañeros, a no aprovechar una vil ventaja, a sentir profundamente como una deshonra la mera sospecha de una trampa y a llevar con altura un semblante alegre bajo el desencanto de un revés!".
La mano de Luis Suárez pasará en breve a ser solo una anécdota.
Lo permanente y preocupante siguen siendo la "patadas" antirreglamentarias con que muchas veces pretenden amedrentar a los jugadores habilidosos como Suárez, mientras que los árbitros miran pero no sancionan y solo dicen: siga, siga...
El País Deportivo
¿Encontraste algún error? | « volver |