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EL ANALISIS por Edward Piñón
Llegó la semana más esperada de todas, la que aumenta la pasión futbolera de los uruguayos. Y lo más lindo es que la gran fiesta clásica tendrá otra vez cosas importante en juego.
Desde hace un buen tiempo este reto histórico tiene el marco deportivo adecuado, porque los puntos en juego tienen una enorme trascendencia. No hay nada mejor que ello. Es incomparable. La adrenalina recorre el cuerpo en grandes dosis y la incertidumbre del resultado genera la mayor atención posible.
Se viene el clásico y este duelo del rojo, azul y blanco contra el amarillo y negro se mira con máxima dedicación porque es vital para el desenlace de la Tabla Anual.
Lo saben los dos equipos, que hasta ahora no han logrado construir una campaña regular y que han padecido serios inconvenientes por la inconsistencia defensiva o por las falencias que tuvieron en la definición.
Lo saben los hinchas, que hacen cálculos sobre cuáles son los jugadores que pueden tener mayor influencia en el cotejo.
Lo saben todos. Viene un clásico y, como siempre, tiene una importancia mayúscula.
Ovación
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