Activar lengüetas
DE CONTRAGOLPE por Jorge Savia
Desde que en 1998 Tenfield empezó a televisar los partidos del fútbol uruguayo, poco a poco, a impulsos -y a veces también con recursos- de la empresa, se fue mejorando una carencia tradicional del fútbol uruguayo de cabotaje: el estado de las canchas; al fin y al cabo, la firma que había obtenido los derechos de imagen y quería colocar el producto en el ámbito internacional, debía -por su propia conveniencia- hacerlo presentable.
Con un lavado de cara, a los efectos comerciales, era suficiente; en el resto, quizá, alcanzaba con apuntar las cámaras al ahora sí "verde césped" y registrar preferentemente primeros planos, para que a veces no se viera una oveja o un caballo pastando detrás de los arcos.
A partir de eso, entonces, poco menos que se siguió como antes, y no por falta de visión ni por capricho, sino por el sometimiento que impone la realidad económica de un mercado escuálido.
Hubo remodelaciones y, por tanto superación, pero con casi la única excepción del Gran Parque Central, y la construcción de algunos vestuarios para separar al locatario del visitante, no se produjeron grandes cambios.
En una palabra, ojos que no ven -ni la oveja ni el caballo atrás del arco- corazón que no siente; y no se trata de que la situación de los estadios sea un desastre, es sólo aquello tan uruguayo de "atado con alambre".
Ovación
El audio de esta nota, no está disponible por el momento