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Denuncia. Sostienen que manifestantes pro-Mubarak son responsables
Madrid | AFP y ANSA
Actos de violencia, atribuidos por los Hermanos Musulmanes a los partidarios de Hosni Mubarak, causaron al menos 73 muertos ayer al estallar choques tras un partido de fútbol entre dos equipos egipcios en la ciudad de Puerto Said (norte).
Los enfrentamientos entre los hinchas del Al Masry y del Al Ahly causaron unos 300 heridos, según datos recabados en varios hospitales de Puerto Said.
Este balance, que todavía era provisional en la noche de ayer, lo convierte en uno de los partidos de fútbol más sangrientos de la historia. Otras fuentes, no oficiales, hablaban 1.000 personas lesionadas tras el caos.
Los hinchas se enfrentaron a puñetazos y, según fuentes médicas, varios murieron o fueron heridos por arma blanca.
La razón. Las escaramuzas comenzaron cuando el árbitro pitó el final del partido en el que el Al Masry infligió la primera gran derrota de la temporada al Al Ahly, uno de los mejores equipos de Egipto, al ganarle por 3-1 en el campeonato nacional.
Los seguidores del Al Masry lanzaron piedras, botellas y bengalas a los del Al Ahly, según varios testigos en el lugar. Incendiaron tribunas, saltaron a la cancha y allí comenzó la incontrolable trifulca que trajo las terribles consecuencias.
Los Hermanos Musulmanes acusaron de lo sucedido a los partidarios del presidente derrocado Hosni Mubarak.
"Los sucesos de Puerto Said fueron planificados y son un mensaje de los partidarios del antiguo régimen", afirmó el diputado Esam al Erian en un comunicado publicado en la página web del Partido de la Libertad y la Justicia (PLJ), formación política de la cofradía.
Añadió que la Asamblea del pueblo, dominada por los Hermanos Musulmanes, pedirá al ministro del Interior y a los responsables de seguridad "asumir plenamente sus responsabilidades" por lo sucedido.
El presidente de la Asamblea del pueblo, el islamista Saad al-Katatni, anunció por su parte que se convocó para hoy una reunión extraordinaria de la Cámara para abordar estos hechos. Los militares en el gobierno también realizarán un "reunión de crisis".
Caos. "Era el caos total", dijo a los medios de comunicación el portugués Manuel José de Jesús, entrenador del equipo Al Ahly, que estaba en el estadio cuando se produjeron los primeros enfrentamientos.
La televisión estatal mostró a los hinchas corriendo en todas direcciones. Fotos de jugadores ensangrentados circulaban ayer en la web.
"Durante el partido ya se podía palpar la tensión (...) En cuanto terminó, miles de personas invadieron el campo de juego con violencia. No pude regresar al vestuario por la confusión que reinaba. A pesar de estar rodeado de guardias de seguridad, recibí golpes en la cabeza y en el cuello, pero estoy bien", declaró el director técnico, citado por medios de Portugal.
El argentino Oscar Elizondo -ayudante de campo de Manuel José- brindó su testimonio a la señal Todo Noticias: "Estoy bien, nos sacaron en camiones blindados, muy seguros, como tanques de guerra".
"Fue un caos todo el partido. Se sabía que iba a pasar. Hubo opciones de suspenderlo, pero nadie movió un dedo", continuó. Y adjudicó a la policía gran parte de la responsabilidad: "Lo más grave fue la inacción de la policía, no deben haber detenido a nadie... es una vergüenza."
Y contó las causas, según él, de la violencia: "Esto pasó porque hay muchísima rivalidad (entre equipos), también hay un tinte político de posrevolución".
El mariscal Hussein Tantaui, jefe del Consejo supremo de las fuerzas armadas, en el poder desde la caída en febrero pasado de Mubarak por la presión popular, envió aviones y tanques militares a Port-Said para evacuar a los jugadores y los heridos, informó la TV estatal.
Los almacenes en la ciudad de Port-Said, situada a la entrada norte del canal de Suez, cerraron, mientras que los particulares ayudaban a transportar heridos en sus vehículos. Se escucharon disparos en la carretera que va de Port-Said a El Cairo.
En tanto, hubo un incendio en un estadio de El Cairo durante un partido entre el Al Zamalek y el Ismaily, lo que motivó su anulación. Según un responsable de la seguridad el fuego fue controlado.
Desde la caída de Hosni Mubarak hace casi un año, Egipto ha conocido disturbios esporádicos, a veces sangrientos, que se unen al aumento de la inseguridad y a una falta de compromiso de la policía, muy criticada por haber reprimido las manifestaciones durante el levantamiento popular de enero y febrero de 2011.
La última tragedia de este tipo fue en 1985. Poco antes de la final de la Copa de Europa en el estadio Heysel de Bruselas, 39 personas murieren y 117 resultan heridas por enfrentamientos entre hinchas del Liverpool y el Juventus de Turín.
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