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Elecciones en EE.UU. Obama ataca a su rival por apoyar recortes impositivos para ricos, reducir planes sociales y ser un neófito en defensa | Romney dice que fracasó la política económica del Presidente
WASHINGTON DC
La gran batalla por conquistar la Casa Blanca estalló en la última semana entre el presidente Barack Obama, quien busca la reelección y Mitt Romney, quien lidera en las primarias con una ventaja que le asegura la candidatura del Partido Republicano.
El proceso de elecciones primarias no terminó, pero después de sus claras victorias en Maryland, Wisconsin y Washington DC, que le permitieron sumar más de la mitad de los delegados que necesita para ser proclamado candidato presidencial por el Partido Republicano, Romney ya siente y actúa como si hubiera ganado la contienda partidaria y por ello empezó a intercambiar golpes políticos con el presidente Obama.
Si bien quienes compiten con Romney por la candidatura presidencial por los republicanos han reiterado que no abandonarán hasta que se realice la última primaria, los analistas políticos coinciden en señalar que el exgobernador de Massachusetts se impondrá y será el rival de Obama.
Desde los primeros enfrentamientos quedó en claro que la situación económica y por sobre todo el desempleo, estarán en el centro de la polémica entre las dos figuras políticas que competirán por la Presidencia de Estados Unidos el 6 de noviembre.
Después de ese triple triunfo que le permite sumar 656 delegados a la Convención de su partido, Romney dejó de lado a sus competidores en filas republicanas (Rick Santorum conquista 278 delegados a la Convención, Newt Gingrich logra 135 y Ron Paul obtiene 51), y sitúa como tema predominante de sus discursos y declaraciones la gestión de Obama y los resultados de casi cuatro años de gobierno que él considera no son motivo de orgullo.
Romney marca el tajante contraste que existe entre él y el presidente Obama en los grandes temas del país. "Barack Obama y yo tenemos visiones fundamentalmente diferentes sobre Estados Unidos", indicó Romney en su último acto de campaña. "Él pasó los últimos tres o cuatro años estableciendo los cimientos de una nueva sociedad centrada en el Estado. Yo dedicaré los próximos cuatro años a reconstruir los cimientos de nuestra sociedad de oportunidades, liderada por personas libres y sus empresas libres".
"El presidente Obama no provocó la recesión, pero sin duda, fracasó al no liderar la recuperación", enfatizó Romney. "Obama ha prolongado la recesión y enlenteció la recuperación. La estrategia económica del presidente Obama es un fracaso".
Sostuvo que "este es un presidente que no fue elegido sobre la base de la fortaleza de una trayectoria atractiva de logros, sino por su atractiva personalidad e historia".
Con frecuencia, Romney sostiene que Obama no entiende a Estados Unidos y recoge sus ideas de los socialdemócratas de Europa y por ello quiere expandir la influencia del Estado. "En lugar de hacer todo lo posible por promover el poder del sistema de libre empresa para crear empleos y sacarnos de la crisis, Obama ha promovido el poder del Estado".
En una reunión con miembros de dos asociaciones de diarios estadounidenses, el miércoles último, Romney afirmó, que Obama hace una campaña a escondidas que disfraza sus verdaderas intenciones sobre el presupuesto, la política exterior, la energía y otras políticas fundamentales.
Este ataque fue la prueba más reciente de que Romney y Obama son protagonistas de una batalla para definirse uno al otro en los términos más desfavorables posibles, siete meses antes de las elecciones presidenciales.
Elecciones en EE.UU. La campaña del Presidente sostiene que Romney juega a dos puntas en política exterior .Romney acusa a Obama de no apoyar con firmeza a Israel y de ser blando con Chávez
CRÍTICAS. El viernes último se conocieron las nuevas cifras sobre la situación laboral de Estados Unidos, lo que dio municiones frescas a los dos partidos. Si bien el desempleo tuvo un leve descenso a 8,2%, tras crearse 120.000 empleos (fueron 600.000 en el último trimestre móvil), Romney salió de inmediato a señalar que el informe del Departamento de Trabajo resulta inquietante y "muestra que el mercado laboral sigue estancado".
"Millones de estadounidenses pagan un alto precio por la política económica del presidente Obama y cada vez más personas se muestran tan desalentadas que se retiran del mercado laboral", indicó Romney
El presidente Obama no se quedó rezagado e interpretó, con cautela -al hablar en la Casa Blanca en un foro sobre la mujer y la economía-, que el informe laboral trajo la buena noticia de la creación de empleos, aunque reconoció que "le resulta claro a cada estadounidense que habrá puntos altos y bajos a lo largo del camino y todavía tenemos mucho por hacer".
Debido a la probabilidad de que la tasa de desempleo no se disparará ni tampoco tendrá fuerte caída en los próximos meses, economistas y analistas políticos coincidieron en considerar que lo importante, tanto para el presidente como para su rival republicano, no es la imagen instantánea mensual, sino una percepción más amplia respecto de si la economía avanza en la dirección correcta.
Si bien en materia de desempleo tiene una actitud moderada, en otros temas económicos Obama salió a criticar a los republicanos. Ese fue el objetivo que tuvo al hablar en la reunión anual de The Associated Press, en la que fustigó a Romney por haber apoyado el plan presupuestal que impulsa el Partido Republicano en la Cámara de Representantes, al que calificó de "darwinismo social". Sostuvo que ese proyecto es un caballo de Troya que profundizará la desigualdad en Estados Unidos y es la expresión del manifiesto de un partido que ha girado radicalmente hacia la derecha.
Puso énfasis en que el proyecto republicano y la filosofía que representa es "la antítesis de nuestra historia como la tierra de las oportunidades y la posibilidad de ascenso social para todos lo que están dispuestos a trabajar para lograrlo, un lugar donde la prosperidad no se escurre desde la cima hacia abajo, sino crece desde el corazón de la clase media".
"No puedo recordar otro momento en que la opción entre visiones enfrentadas sobre nuestro futuro haya sido tan clara", dijo. "Los estadounidenses no pueden darse el lujo de elegir un presidente republicano en un tiempo de frágil recuperación económica, con un mercado laboral débil y la aplastante deuda generada por dos guerras, dos masivos recortes impositivos y una crisis financiera sin antecedentes".
DESTRUCCIÓN. Obama estimó que el presupuesto 2013 impulsado por el diputado Paul D. Ryan, un republicano de Wisconsin que preside la Comisión de Presupuesto, plantea recortes impositivos que beneficiarán a los hogares con ingresos superiores a los US$ 250.000 y tendría un costo de US$ 4.6 billones a lo largo de la próxima década. Asimismo, dijo que "destruye las cosas que necesitamos para que crezca una economía diseñada para perdurar -educación y adiestramiento, investigación y desarrollo, infraestructura- y es una receta para la declinación".
Puso como ejemplo que, para los millonarios, el beneficio anual de los recortes impositivos sería de US$ 150.000, un monto que podría ser usado para instalar laboratorios de computación en los centros de enseñanza, mejorar los salarios de los funcionarios policiales y bomberos, pagar la atención médica a los soldados que retornan o el valor de medicamentos con receta para las personas de más edad.
Obama busca en todo momento dejar en claro que el proyecto de presupuesto no es obra solo de los congresistas republicanos, sino responde a la ideología de ese partido y especialmente a la de Romney a quien vincula directamente con el diputado Ryan.
Romney no le dio respiro al presidente y buscó desacreditar los comentarios adversos sobre el proyecto presupuestal. Dijo que Obama tergiversó las prioridades presupuestales de los republicanos y sostuvo que son falsas las acusaciones de que su plan contempla dañinos recortes generalizados en muchos programas federales.
NEÓFITO. Como parte de su estrategia de campaña, Obama se prepara con vista a abordar un tema que pocos candidatos del Partido Demócrata enfocaron en el pasado: la seguridad nacional, que durante años ha sido un dominio republicano. Uno de los objetivos es mostrar a Romney como un neófito en la materia, cuyas mejores ideas simplemente son un reciclado de lo que el presidente está haciendo y cuyo peor instinto llevaría al país de vuelta a los días del expresidente George W. Bush: la "diplomacia de cowboy", la guerra de Irak y la reputación más baja en el escenario internacional.
Buscará demostrar, con la participación de demócratas de alto perfil como la exsecretaria de Estado, Madeleine Albright y el general (R) Wesley Clark, que Romney ha jugado a dos puntas en numerosos temas.
"Estuvo a favor y en contra de la remoción Gadafi, a favor y en contra de fijar un cronograma para el retiro de las tropas de Afganistán, a favor y en contra de aplicar las leyes comerciales contra China y si bien una vez dijo que no movería el cielo y la tierra para atrapar a Osama bin Laden, después sostuvo que todo presidente hubiera autorizado una misión con esa finalidad", indicó el secretario de Prensa de la campaña de Obama, Ben LaBolt.
Los republicanos han criticado al gobierno por estimar que no hizo lo suficiente para apoyar a Israel y por la manera como ha abordado a Irán y la retirada de Afganistán, en tanto sostienen que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha logrado creciente influencia debido a la actitud laxa de Obama.
PAREJO. Más allá de las claras diferencias de posición sobre temas fundamentales que tienen el presidente y su rival republicano, los expertos en temas políticos evalúan que no habrá una gran diferencia porcentual en votos entre los dos y que las campañas movilizarán a los militantes en un intento por conquistar al pequeño porcentaje de votantes que permanecerá indeciso casi hasta el final.
Las encuestas hasta ahora dan como ganador a Obama.
Los analistas políticos dicen que hay que acostumbrarse a cifras como las de la última encuesta de The New York Times y CBS News que dio 47% a Obama, 44% a Romney y 9% de indecisos.
En las encuestas del Times y CBS, en el primer trimestre de este año, la intención de voto por Obama en una contienda con Romney ha oscilado entre 45% y 48%, en tanto para Romney se ha movido entre 42% y 47%.
El encuestador del Partido Demócrata, Mark Mellman, comentó que si bien cualquiera de los dos candidatos podría ganar, resultaría un absoluto sinsentido esperar grandes giros en las preferencias de los votantes.
Daron Shaw, experto en ciencias políticas, quien se desempeña en la Universidad de Texas y es asesor de la campaña republicana, duda que se repitan las grandes oscilaciones en la opinión pública que marcaron las contiendas más turbulentas de la historia política moderna de Estados Unidos.
Por ejemplo, Shaw especula que si la economía sigue su curso ascendente, el grupo de votantes que oscila, podría dividirse en un 70% para Obama y 30% para Romney. Si la economía cayera de nuevo, ese grupo se dividiría 70% a 30% a favor del candidato republicano. Si esos votantes solo fueran el 10% del electorado, la estrecha ventaja actual de Obama podría transformarse en una victoria de Romney, mientras una división equitativa de esos votantes mantendría reñida la contienda electoral.
(FUENTE: THE NEW YORK TIMES)
Son los delegados que ya logró Mitt Romney en la Convención republicana. Necesita 1.144 para ser candidato a la presidencia.
Es la tasa de desempleo en Estados Unidos. Muestra las dificultades que enfrenta el gobierno de Obama para reducirla.
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