Entre los pies y las manos

EL ANÁLISIS POR JORGE SAVIA

La selección española es -por estilo de juego- una extensión del Barcelona; o, sin Messi, la misma expresión futbolística, pero más "corta".

Igual, son de la misma familia, no hay duda. Por eso, tal vez, el miércoles pasado quedó demostrado que tenían un valor relativo los cuestionamientos al fútbol de respuesta con que Uruguay enfrentó al campeón del mundo en Doha; el no haber intentado "dividir" la posesión de la pelota. Ante lo que uno se pregunta: ¿para qué? Hoy, no hay nadie que maneje ese recurso como España y el Barcelona. Es difícil que, según piensan muchos, les duela que alguien llegue siquiera al 50 y 50, y ellos no puedan tener tanto la pelota: en sus pies, ese 50% va a seguir siendo mejor que en los del "Ruso", Egidio, o Lodeiro y el "Cebolla".

Es teoría, obvio; pero la realidad muestra que en sólo un año Chelsea y Milan anularon en la Champions al Barcelona planteándole el mismo tipo de partido que Uruguay a España en Doha. Si las manos de Muslera no hubiera n flaqueado un segundo o si la de Zapata no hubiese dejado la pelota "muerta" para el primer gol italiano, quizá los dos partidos seguirían 0 a 0 hasta ahora.