China abrió sus puertas de par en par para celebrar su primera ocasión como anfitrión de los Juegos Olímpicos. El 8 de agosto de 2008, con un espectacular despliegue de pirotecnia a todo color, la potencia mundial fue protagonista de la gala más inmensa y costosa de la historia olímpica.

La apertura, en la cual se usaron 30.000 fuegos artificiales, fue realizada en el Estadio Nido de Pájaros, presenciada por 91.000 espectadores con una audiencia global de 4.000 millones de dólares.

La historia presentada en la ceremonia presentó 54.000 años de historia china, incluyendo desde la Gran Muralla hasta las marionetas de ópera y astronautas. Destacando los logros en el arte, la música y la ciencia. Participaron unas 15.000 personas, incluyendo 2.008 tamborileros, todo bajo la dirección de Zhang Yimous, cuyas películas en el pasado a menudo disgustaron al gobierno y a los censores por su descarnada descripción de los problemas chinos.

Una cifra récord de 204 delegaciones desfilaron. En está edición no lo hicieron por orden alfabético, sino por la secuencia del número de pinceladas que se necesita para escribir sus nombres en caracteres chinos. Las excepciones fueron Grecia, el país cuna de las olimpiadas que marchó primero, y al final el equipo local conformado por 639 deportistas.

Poco después, el último relevista de la antorcha de Beijing 2008, el ex gimnasta chino Li Ning, encendió el pebetero tras el juramento olímpico de los deportistas y jueces.

Li Ning recibió la antorcha de manos de la penúltima relevista, la ex jugadora de voleibol Sun Jinfang, poniendo fin a un recorrido de 137.000 km de la llama olímpica, que había comenzado el 24 de marzo de 2008 en Olimpia, en Grecia, cuna de los Juegos.

Esa antorcha de la cual tanto se habló, se apagó el 24 de agosto cuando, con una ceremonia fastuosa tipo carnaval, China concluyó su debut como anfitrión del mundo después de 16 días de una logística casi sin fallas para organizar los Juegos Olímpicos, a la que se sumó un logro atlético superlativo.

La ceremonia de clausura en el "Nido de Pájaro" le puso punto final a los Juegos de Beijing 2008 de manera espectacular, abrió un nuevo período olímpico y le pasó la posta a Londres 2012.

China, que invirtió más de 40.000 millones de dólares para realizar los Juegos Olímpicos, se coronó como la gran estrella olímpica con 51 oros, superando así a Estados Unidos.

De todas formas, los norteamericanos se aseguraron como la delegación más ganadora de medallas totales, ya que finalizaron con 110, sobre las 100 obtenidas por China.

Beijing 2008 será recordado por las proezas del nadador americano Michael Phelps, que se colgó ocho preseas doradas y rompió siete récords mundiales, y el velocista jamaicano Usain Bolt, que se consagró como el hombre más rápido del mundo al ganar los 100 y 200 metros llanos con récords mundiales.

EL PAÍS digital en base a Agencias