El `Ratón` es gallo pero pelea con "flor de tigre"

JORGE SAVIA

Resopla y suda. Suda la gota gorda, porque a las seis de la tarde el techo de chapas del gimnasio "Figthing Mouse" (Ratón Peleador) se convierte -el lugar de entrenamiento de Caril Herrera, en Carlos María Ramírez y Patagonia- en un horno.

Arriba del ring, además, a un metro y medio del suelo, el calor de la media tarde parece pegarle en la nuca y meterle un "golpe bajo" en los poros de los boxeadores. Sin embargo, el "Ratón" sigue guanteando muy duro, con un muchacho con el que se abraza al final de la sesión, porque aguantó -como un verdadero sparring- cuando Herrera casi lo tumba en dos ocasiones, y además le entró con todo a "la estrella" de la academia, como también debe ser en los buenos probadores.

"Después de la última pelea, en la que me reintegré a trabajar con Amaya y Vanrell, siempre con la idea de algún día tener una chance por el título mundial, no paré de entrenar, salvo para las fiestas, como cualquier persona, y… bueno, estoy bien. Tuve un problemita de una contractura en el (músculo) posterior de la pierna derecha, incluso todavía no estoy 100%, me `tira` un poco, pero llego bien; casi estoy en el peso, me falta un poquito para entrar en la categoría, pero es lo normal. Yo siempre fui gallo, este es mi verdadero peso, donde me siento más cómodo, y… bueno, para lo poco que me falta sacarme de encima me viene bien esto de las chapas, porque el calor acá adentro es enorme".

En pocas palabras el "Ratón" resume su renovado presente, en el marco del cual transita por una incipiente segunda etapa de su exitosa trayectoria de 23 peleas, en la que sólo una vez -en Filipinas, ante un invicto local- conoció la derrota; después de haberse "forzado" siempre para pelear como supermosca y tras 8 meses de inactividad luego del combate perdido en Manila, el 28 de noviembre pasado reapareció como peso gallo en el Palacio Peñarol para ganarle al argentino Miguel Leonardo Cáceres por puntos, y apagados ya los nervios de aquel "redebut", se enfrenta mañana en el Hotel Conrad de Punta del Este al cordobés Bernardo Ramón Albornoz, que ha peleado por el título de su país y el sudamericano, como también contra compatriotas que lo hicieron por el título del mundo: "Ese (Cáceres) fue un rival mañoso que, además, pegaba duro. Y, como hacía mucho que no peleaba en Uruguay, estaba un poco atado, nervioso. Ahora estoy más suelto, pero sé también que este (Albornoz) con el que peleo ahora, es flor de tigre, se entreveró con los mejores. Igual, yo nunca le hice asco a nada y, como se dice siempre, los `pingos` se ven en la cancha. Por más `tigre` que sea, confío en lo mío; después de todo, mal no me fue hasta ahora".

En este nuevo tramo de su carrera, Herrera es dirigido por su hermano Marner, que apuntó que "vamos a ir a buscar el nocaut"; y el ex invicto piensa igual: "Esa vez fui más cuidadoso, era una pelea a 10 rounds después de ocho meses sin pelear; ahora, no sólo estoy más suelto, sino que la pelea va a ser a 6 rounds, así que voy a arriesgar más, para ver si encuentro la definición fulminante, que uno sabe que es lo que esperan todos".