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GUILLERMINA LUZURIAGA
Suele escucharse decir a los protagonistas que en una serie de playoffs, todos los partidos son distintos. Y Defensor Sporting se encargó de confirmar dicha afirmación.
El panorama no era bueno para el violeta. Había sido superado claramente en el primer juego, con problemas para llegar al gol, sobre todo por la baja performance de Brian Woodward, su máximo anotador, afectado por una lesión.
Gerardo Jauri sabía que muchas cosas debían cambiar, y que tendría que buscar algún factor sorpresa que mejorara a su equipo.
Fue por ello que por primera vez en toda la etapa de playoffs, el entrenador modificó su cinco inicial y mandó a Rodrigo Riera en lugar de Andrés San Miguel. Probablemente, el cambio apuntaba a dotar al equipo de una mejor salida y mayor claridad en el armado.
El resultado fue el esperado. La doble base (el riverense Riera junto a Diego González) funcionó muy bien, y el "fusionado" tuvo muchas menos pérdidas que en partidos anteriores.
La otra sorpresa fue no sólo la presencia de Woodward, sino su rendimiento. Desde el comienzo, el foráneo se mostró agresivo, asumiendo protagonismo, y desarrolló su habitual goleo para encabezar junto a su compatriota Chris Jackson un gran inicio violeta.
Por su parte, Biguá trató de mantenerse en juego, pero le costó encontrar el gol salvo por apariciones de Ruben Wolkowyski, activo en la pintura. El conductor Martín Osimani era bien controlado y Leandro García Morales aparecía extrañamente errático.
El trámite fue siempre bien controlado por Defensor Sporting, que se mostraba muy confiado, intenso en defensa, dominando los rebotes y efectivo en ofensiva a través de su dupla extranjera y de otro buen partido de su base, González. El armador aplicó la misma fórmula que tanto daño les hizo en el primer juego, y por medio de cortinas centrales rompió permanentemente la defensa del "Pato" generando pases gol para sus compañeros (terminó el juego con ocho asistencias).
En el inicio del complemento, las cosas siguieron igual. Un dominio claro del violeta que se basaba en su defensa y en la gran noche del escolta-alero norteamericano, quien ya en ese entonces pasaba las 20 unidades personales. Jauri se hizo eco de la serie Atenas-Biguá, y refugiado en una zona 2-3, secó a su rival y abrió la máxima de 16 puntos (61-45) a falta de cinco minutos para finalizar el tercer cuarto. En la proyección de los 40`, el "fusionado" tenía a Biguá en 80 puntos, score con el que tenía grandes posibilidades de llevarse el encuentro e igualar la serie.
Allí se da el quiebre del partido. La cuarta falta personal de Diego González destruyó la doble base que había manejado tan bien al equipo y eso terminó siendo fatal para sus intereses.
Porque del otro lado hay jugadores que no perdonan, que se rehúsan a darse por vencidos. Aprietan los dientes y sacan lo mejor de sí.
Biguá aumentó la presión defensiva, comenzaron a atrapar a Riera y Woodward (nueve pérdidas entre ambos) y éstos cometieron errores que pagaron caro. Un infernal García Morales, acompañado por el mejor jugador de la serie para Biguá, Mauricio Aguiar, emparejaron el cotejo en un abrir y cerrar de ojos.
No sin la ayuda de otra pieza clave en partidos decisivos, Juan José Rovira. El popular "Sapo" aportó toda su entrega, robó balones, tomó rebotes en ambos tableros y puso puntos importantes para enderezar el trámite hasta empatarlo.
En el último cuarto el partido se hizo emocionante y cambiante. Ambos cometían errores y daban posibilidades al rival de ponerse a tiro. Defensor Sporting extrañó mucho en el cierre a su capitán, Diego Castrillón, ausente por completo en esta llave. Su jerarquía suele ser determinante en finales cerrados.
El encuentro se lo llevó Biguá y nada se puede decir. Porque tiene jugadores "distintos", que por sí solos ganan un juego. El violeta hizo un gran partido, pero tuvo cinco minutos fatídicos que pagó caro. Dejó pasar una gran oportunidad de equilibrar la serie y quedó sin margen de error. Pero, ¿qué más puede hacer el "fusionado" para vencer al "Pato"? Si dominó los tableros que eran su déficit (30 a 23), redujo su promedio de pérdidas al mismo nivel que su oponente (12), equiparó la cantidad de asistencias (21 por equipo), volvió a levantar su porcentaje de triples (47%) y recuperó en todo su esplendor a su dupla extranjera (54 puntos entre ambos). La respuesta la buscarán el cuerpo técnico y los jugadores de Defensor Sporting para el próximo martes.
Veremos si le queda más piola a esta cometa o si tendrá que conformarse con el recorrido alcanzado y ver desde abajo al "Pato" volar y festejar.
En la temporada 2007/08 Biguá se consagró campeón de Liga Uruguaya tras barrer la serie final ante Hebraica Macabi con un contundente y merecido marcador de 3-0. Los resultados en aquel momento fueron los siguientes: 90-58, 86-70 y 95-77. Con el 2-0 ante Defensor Sporting el "Pato" tiene todas las de coronar su mejor año.
La lesión en la rodilla izquierda del extranjero Brian Wood-ward casi lo deja afuera del segundo partido (en el primero jugó 14` y colocó un doble), en el que, infiltrado, terminó siendo el jugador más destacado del "fusionado".
El escolta-alero violeta ingresó como titular y realizó una gran gestión a pesar de la derrota de su equipo. Estuvo en cancha 39` en los que convirtió 34 unidades (1/3 en triples, 13/19 en dobles y 5/5 en libre). Además, tomó ocho rebotes, colocó seis asistencias y recibió siete faltas.
La actitud del extranjero fue totalmente distinta a la del juego anterior, pareció que no sentía dolor en su rodilla. Asumió el protagonismo ofensivo que su equipo necesitaba y, como es costumbre, aportó su cuota ofensiva, que a lo largo de la temporada regular promedió 23.9 unidades (en 42 cotejos).
Ovación digital
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