[EDITORIAL]
Sobre el coloquio

Cuando el economista Javier de Haedo, interpretó la sigla del TIFA como "Train Is Far Away", (El tren está lejos), con una buena dosis de humor e ironía, el público celebró la ocurrencia ruidosamente. Ocurrió en el coloquio económico-político, organizado por El País y la Fundación ITAÚ, el jueves pasado. El ingenio de un conferencista capaz de distender por un momento a la concurrencia, en un evento de índole seria como éste lo era, es siempre bienvenido, sobre todo cuando es sustancioso su contenido. Pero lo cierto es que las risas se apagan pronto, al tomar cuenta de la gravedad que ese juego de palabras encierra.

Porque tal como lo afirmara el ex ministro Ignacio de Posadas, al referirse al mismo tema, ese solo hecho, firmar un TLC con Estados Unidos, hubiera hecho valer los cuatro años de gobierno de esta Administración. Una posibilidad que al menos parecía bastante cerca debido a ciertas circunstancias, que se desperdició criminalmente y a pesar de la manifiesta voluntad del ministro de Economía, quien tenía muy en claro su importancia para el futuro desarrollo de nuestro país. Postura que por un corto tiempo creyó vencedora, pese a las reticencias o el abierto rechazo de muchos de sus correligionarios.

De esos mismos que petardearon la oportunidad de tener una línea de comercio abierta con la principal potencia del mundo y que en cambio, lo acompañaron luego diligentemente para sancionar la reforma tributaria, con el IRPF como su vedette principal. Ese impuesto que ha sido un golpe en la nuca, en especial para la clase media, esa pronunciada característica de nuestro entramado social, respecto del cual hoy se nota poco interés en reclamar una paternidad compartida. Por el contrario, gustosamente se la ceden cada vez más al ministro de Economía, a medida que crece el rechazo entre los gremios, entre los diversos sectores, en la gente en general.

En vez de tomar "ese tren", según la metáfora del propio Presidente Vázquez, que nos abría las puertas de un prometedor mercado, nos quedamos en el andén, sacudiendo la banderita con la leyenda "más y mejor Mercosur". Frase tan repetida por integrantes del gobierno, como vacía de contenido. Por algo de Posadas, quien formó parte del gobierno de Lacalle que se propuso no quedar excluido y consiguió formar parte de lo que en principio era un buen proyecto, la otra mañana crudamente expresó " ya basta, los resultados son un fracaso ...hay que ponerse a pensar que llegamos al fin de una apuesta que no funcionó".

Una impresión que se comparte, cuando por ejemplo, el Brasil nos hace saber del ambiente más generoso que hay actualmente en Brasilia para con los socios menores como el Uruguay. Siguen manteniendo su oposición a que ampliemos nuestra oportunidad de crecer genuinamente y por nuestra cuenta, aprovechando la conveniencia de un tratado de libre comercio con Estados Unidos, pero ahora nos dan muestras de una renacida sensibilidad. Nos quieren ayudar y nos ofrecen hasta donaciones. Asi que los uruguayos hoy en día podemos aspirar a obtener ciertos préstamos no reembolsables del FOCEM (Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur), organismo al que Uruguay deberá hacer también su aporte, aunque en menor escala, para el financiamiento de ciertos proyectos, una vez recibido el visto bueno de las autoridades brasileñas.

Para Jorge Caumont, el otro conferencista uruguayo del evento, el ciclo expansivo mundial habrá de continuar por un buen tiempo, aun con la salvedad de la conocida profecía de "los años de las vacas flacas y las vacas gordas", ya que para él no se puede desconocer la existencia de los ciclos . Esta situación contribuye a neutralizar los pobres resultados del Mercosur que crece en la dirección equivocada, incluyendo a países que poco tienen que ver con la cláusula democrática del tratado, mientras aumenta su burocracia y se interna en un esquema más político ( Parlasur) , que comercial, a diferencia de su propósito original.

Afortunadamente, Uruguay ha disminuido su dependencia al lograr diversificar sus mercados, capeando dificultades como las provocadas por socios como la Argentina, cuya distorsión de precios nos afecta. Difícil competir si producen con un petróleo artificialmente barato, aunque por otro lado, algunas de sus erradas políticas, han contribuido mandar hacia nuestro campo, capitales y conocimiento.

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