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"Si Menem llega a la presidencia se va a desatar una guerra civil"

14/10/2002 - EL PAÍS

Dos obsesiones sobrevuelan como moscas la cabeza de Adolfo Rodríguez Saá, ex gobernador de la provincia de San Luis, ex presidente de la República Argentina y candidato a pelear la revancha por el título presidencial.

La primera es que existe una conspiración del "establishment", un aparato en el cual encasilla a Carlos Menem y Raúl Alfonsín (los firmantes del "pacto de Olivos"), al presidente Eduardo Duhalde, a jueces y a medios de prensa, que no nombra. La segunda es el recuerdo de su fugaz presidencia: siete días (de los cuales sólo 3 fueron hábiles), en los que logró plasmar en papel su solución a la crisis argentina: una nueva moneda (el Argentino), un millón de empleos, un plan de emergencia alimentaria y un presupuesto "de 38.019 millones de dólares", suficiente para cubrir todas las necesidades de la Administración, el 100 por ciento de las jubilaciones y pensiones, el 100 por ciento de las obras sociales y de la educación. No pudo ponerlo en práctica porque se vio forzado a dimitir por falta de apoyo, a los siete días de haberse colocado la banda presidencial. Pero en su discurso de renuncia, el 30 de diciembre de 2001, pronunció su sentencia: "Sin jactancia, puedo decirles que nadie hizo tanto en tan poco tiempo".

En la media hora que compartió con EL PAIS, tampoco se quedó cruzado de brazos. Como verá el lector, casi al final de la entrevista Adolfo Rodríguez Saá construye 150.000 viviendas y 900.000 empleos.

-Usted estuvo a fines del año pasado en la Casa Rosada, por un corto período durante el cual desarrolló un intenso plan de gobierno. Fueron siete días, "de los cuales sólo tres fueron hábiles"... ¿Vio cómo me acuerdo de la propaganda?

"No, señor. Eso no es propaganda. Eso lo dije en el discurso de renuncia.

-Desde luego. Sin embargo, su programa no contó entonces con el apoyo de los gobernadores del Partido Justicialista, al que usted pertenece, y ello lo llevó a dimitir.

Así es.

¿Por qué cree que va a poder ahora salir airoso en caso de asumir de nuevo la presidencia?

Por una cuestión muy simple. Yo entonces me hice cargo del Gobierno pero yo no era el elegido por el pueblo. Fui designado por la Asamblea Legislativa y mi única fuente de sustentación era el apoyo de los Gobernadores. Yo no tenía ni apoyo parlamentario ni el voto del pueblo. Ahora, en cambio, estoy proponiendo un programa al pueblo argentino, y si el pueblo argentino me elige, voy a a hacer las cosas para las que el pueblo me eligió.

¿Se puede lidiar con la clase política argentina, aun teniendo la mayoría en las urnas?

Con el apoyo del pueblo, sí. Le voy a aclarar una cosa sobre la que los propios periodistas argentinos están mintiendo: el próximo presidente argentino no va a ser ni débil ni "de transición". El próximo presidente va a tener todo el poder necesario, porque la Constitución establece que para ser presidente es necesario contar, como mínimo, con el 45% de los votos. El próximo presidente va a tener respaldo popular.

¿Usted va a presentarse dentro del peronismo o por fuera?

(Se irrita) Todas las preguntas del "establishment"! Menos mal que estoy en Uruguay!

¿La gente tiene interés en salir de dudas, qué hay de malo en ello?

¿Usted quiere saber? Yo soy justicialista, y voy a ir por dentro del Justicialismo.

¿Y por qué se especula tanto en la prensa argentina sobre la posibilidad de que vaya por fuera?

Porque lo que quieren es que yo vaya por fuera, para dejarle el campo orégano al "pacto de Olivos". A Menem.

¿Y cómo ve sus posibilidades contra Menem dentro del Partido Justicialista?

Habiendo elecciones internas limpias y trasparentes, le gano en todo el país, menos en La Rioja, donde estoy segundo de acuerdo con las encuestas.

¿Usted va a acompañar al próximo presidente, sea quien sea?

Por supuesto. Creo que el próximo presidente voy a ser yo. Pero si fuera otro, por supuesto.

¿Y si fuera Menem?

(Abre los ojos sorprendido). La candidatura de Menem es una verdadera provocación! Se va a desatar una guerra civil en la Argentina, porque el 80 por ciento de la población está en contra!

¿Ese el el temor suyo?

El temor mío es que se destruya la Argentina. El país está en una situación gravísima! Hay ocho millones de pobres, de hambrientos, que ahora avanzan sobre la basura de la ciudad de Buenos Aires para comer. Puede creer que la Argentina, "el granero del mundo", la bandera que era el símbolo de la esperanza cuando arribaban sus barcos cargados de alimentos para combatir el hambre en la Europa de posguerra, se haya transformado hoy en un país con ocho millones de hambrientos?... No. Tenemos que tomar decisiones para cambiar esta situación. Y la primera decisión es volver a "ser" Argentina. Tener un proyecto común, que hoy no tenemos. Hay que refundar la República.

¿Pero cómo se reconstruye un país donde la clase política está peleada a muerte, donde los parlamentarios levantan sospechas y la justicia ha perdido credibilidad?

Voy a tratar de explicárselo. En Argentina hay un "establishment", un poder económico y político responsable de la destrucción de país. Tienen como instrumento el llamado "pacto de Olivos", que es el acuerdo que firmaron Menem y Alfonsín, y luego Alfonsín y Duhalde, para perpetuarse en el poder y seguir manejando la Argentina como la manejan. Usted no puede pensar que la Argentina está así por culpa de los desocupados, por culpa de los "piqueteros", por culpa de los pobres. Los responsables son ellos, y cuentan con un importante aliado que son los medios de comunicación. Esta es una Argentina. Pero hay otra, que es la del 60% de los excluidos que creen que hay formas diferentes de hacer las cosas en el país. Estamos luchando para intentar que en Argentina las cosas se hagan de otra forma.

Creo que comparte usted la idea de que no hay salida para Argentina sin ayuda del capital extranjero, ¿no es así?

Así es.

Si usted fuera un ciudadano europeo o norteamericano, por poner un ejemplo, ¿le prestaría dinero a Argentina?

Recuerdo que en una asamblea anual del Banco Mundial, allá por el año 91 ó 92, un grupo de delegados extranjeros le preguntó a los representantes argentinos: "Ustedes nos piden que invirtamos nuestro dinero. Por qué habríamos de invertirlo si ustedes mismos no invierten en su país?" Yo creo que tienen razón. Argentina tiene que volver a ser un país serio, creíble, confiable, que recupere el crédito como fruto de su esfuerzo y de su seriedad. Debemos lograr que nuestros propios ciudadanos vuelvan a traer sus capitales e inviertan en la Argentina. Aun en el desastre que vivimos hoy, hay muchísimos inversores extranjeros que quieren invertir en Argentina, y si advierten mínimas señales de seriedad, van a hacerlo.

¿No pagar la deuda es señal de seriedad?

No... Pero quién dice "no pagar la deuda"? Usted lo dice.

Usted declaró la moratoria cuando asumió.

No, yo dije "suspender el pago", que no es lo mismo que "no pagar la deuda". Lo que nosotros planteamos al asumir fue lo siguiente: 1) La deuda externa es el más grande negociado de la historia; 2) de acuerdo con la Constitución, el Congreso Nacional es el que debe dar tratamiento a la deuda externa; 3) en tanto se haga esto, suspendemos los pagos. Aplausos, etc... Yo sostengo que la deuda externa merece un tratamiento transparente, serio, responsable, de modo que los argentinos podamos decidir qué parte de esa deuda es legítima y qué parte no lo es. Y después de eso, debemos sentarnos a negociar con los acreedores. Esa tarea es la que proponemos en nuestro programa. En segundo lugar, proponemos eliminar la corrupción estructural en Argentina. Y volver a poner en marcha, con recursos propios, al país.

¿Y cuál es su plan para volver a poner en marcha al país?

Crear un plan de empleo transitorio, en reemplazo del actual subsidio que propende a que la gente no trabaje ni busque empleo. Nosotros vamos a crear un plan de viviendas para construir 150.000 viviendas en seis meses. Si nosotros construimos 150.000 viviendas en seis meses, la Argentina generará de entrada 450.000 empleos en la construcción, porque para construir una casa en seis meses por lo menos se necesitan tres obreros. Se generarán otros 450.000 empleos indirectos, que son los que fabrican puertas, ventanas, ladrillos, etc. Entonces si nosotros tenemos 900.000 empleos nuevos, la Argentina ya empieza a respirar otro clima. Habrá que hacer un aumento salarial para recuperar lo que se perdió con la devaluación. Si nosotros podemos mejorar el poder adquisitivo del pueblo argentino, de entrada habrá un "shock" de confianza y de consumo. Las fábricas tendrán que ponerse a producir, porque hay negocio. Si las fábricas producen, van a tener que emplear más gente, habrá más dinero y habrá más consumo. Y entonces empezará a recrearse el "circulo virtuoso" de la economía.

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