Carrió: "La pelea es entre Menem y yo"

23.02.2003 - La Nación / GDA

La candidata a presidente por Afirmación por una República de Iguales (ARI), Elisa Carrió, no tiene dudas: llegará al ballottage y el 18 de mayo próximo disputará el acceso al sillón presidencial con Carlos Menem.
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"En abril los argentinos vamos a elegir entre una gobernabilidad facciosa o una republicana", afirmó la diputada a LA NACION en su departamento en la avenida Santa Fe, en el barrio porteño de Recoleta.
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Durante la entrevista, la diputada chaqueña se negó a confirmar a su compañero de fórmula y tampoco dio pistas sobre el gabinete de ministros que la acompañaría en una eventual gestión gubernamental.
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Carrió afirmó que tiene propuestas y equipo de sobra como para convencer al electorado el próximo 27 de abril. "No estoy sola. Me acompaña mucha gente que no tiene miedo, y ya hemos logrado el milagro: estar disputando la presidencia", sostuvo Carrió, y también agregó que a Néstor Kirchner le queda sólo hasta mediados de marzo para terminar de instalar su candidatura. "Entonces todo estará más claro", aseguró.
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Capitalismo en serio
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Mediodía de sol en Buenos Aires. Los treinta grados de temperatura en la calle contrastan con el fresco clima que se vive en el amplio piso que ocupa Elisa Carrió, con vista a las vidrieras de la avenida Santa Fe. Algo maquillada, y más delgada que en los últimos meses ("estoy haciendo una dieta a base de pescado", dice), la candidata recibió a LA NACION relajada y sin apuro. Hasta se permitió piropear al fotógrafo durante la sesión posterior a la entrevista.
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Durante el diálogo, elevó el tono para criticar a los candidatos peronistas ("para mí son todos iguales"); y expresó sus dudas sobre la efectiva realización de las elecciones.
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-A pocas semanas de los comicios, las encuestas la ubican peleando el segundo lugar. ¿Esperaba estar en esta situación?
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-En primer lugar, no se sabe si va a haber elecciones. De todos modos, a mediados de marzo se empezará a aclarara el panorama, cuando se sepa si tiene éxito el último intento del poder político por instalar candidato.
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En realidad, es probable que haya un cambio más profundo en términos de identidad moral, aunque la gente todavía no mire las cosas esenciales de la vida: los hijos en el exterior, ellos con hambre. En la elección, habrá media hora de conciencia que va poner las cosas en otro lugar.
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-¿Por qué ese cambio del que habla se daría ahora y no en el próximo período?
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-No, no es algo que se pueda predeterminar. La velocidad del cambio no la definen los líderes políticos. Pero repito: esto se sabrá en pocos días.
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-¿Ud. dice que ése es el plazo con el que cuenta Néstor Kirchner?
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-Ese es el plazo de la operación del Gobierno. Allí se va a confrontar lo que se dice con la realidad objetiva.
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-En los últimos días, desde el Gobierno aseguraron que la votarían a Ud. y no a Carlos Menem, en un eventual ballottage. ¿Habría correspondencia con el candidato de Duhalde, llegado el caso?
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-No tenemos como hipótesis perder, estoy convencida de que seré presidenta. Tampoco me voy a prestar a ninguna operación del duhaldismo, del tipo "abrazo del oso". Pueden no votarnos, no entramos en el juego (se ríe). Además, para nosotros los tres candidatos peronistas son lo mismo.
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-¿Kirchner, Rodríguez Saá y Menem son idénticos?
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-Hoy, sí. Hasta hace poco Kirchner era distinto, pero ahora se plegó al aparato de poder tradicional. Es el mascarón de proa del viejo régimen.
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-¿Con cuál de los candidatos podría intentar alguna alianza?
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-No vamos a hacer alianzas. El país necesita una autoridad moral y política, las dos a la vez. Un camino concreto para el siglo veintiuno, como en algún momento fijó Sarmiento: vamos por la modernidad, por la escuela pública, la inmigración. Hoy, esto se traduce en ingreso ciudadano para niñez y vejez; un proyecto de desarrollo económico participativo donde los protagonistas sean las fuerzas vivas de los pueblos y las ciudades, y una redefinición de la Justicia.
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-¿Cómo se cumple con estas metas sin estructura?
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-Lo que es nuestra debilidad es nuestra fortaleza. El no tener aparatos ni estructuras que han llevado a la gobernabilidad anterior, corrupta y mafiosa, nos favorece. Queremos reconstruir las cosas sobre la base del mérito, y sin compromisos puedo poner las mejores personas, las más competentes, en las instituciones públicas.
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-Pero va a necesitar quien fiscalice las elecciones en todo el país...
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-Eso se logra. Lo mismo le pasó a Yrigoyen o a Perón. Las fuerzas nuevas son siempre débiles en términos de aparatos con respecto a las viejas. Justamente allí está la diferencia.
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-¿Y qué pasa si accede al poder? No hay gobernadores de ARI, ni diputados suficientes, una Justicia con compromisos...
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-Si ganamos la elección es porque hay un nuevo orden, una nueva legitimidad. Hay que ir a una consulta popular sobre las principales cuestiones (salud, educación, alimentación, política exterior). Sobre esa base, el proyecto ya no es de uno, sino del pueblo, y así no hay Congreso ni poder que se opongan. ¿Quién se va a oponer a una Justicia con acceso por mérito, a una administración pública con concurso de antecedentes....
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-Pero estos cambios de los que habla llevan años....
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-Sí (piensa unos segundos), pero es el camino. No prometemos que todo va a cambiar cuando ganemos, sino un camino, que va a depender del proyecto de un pueblo. No hay ni populismo ni mesianismo.
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-¿Cómo convence a la gente de que ARI no es sólo Elisa Carrió y de que puede gobernar?
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-La gente debe tener muy en claro que va a tener que elegir entre una gobernabilidad facciosa y otra republicana. No estoy sola, tengo el apoyo de mucha gente que no tiene miedo y ya hemos construido el milagro: estar disputando la presidencia.
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-¿El diputado mendocino Gustavo Gutiérrez será el candidato a vicepresidente?
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-Gutiérrez es mi amigo, pero no voy a hablar de eso por ahora.
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-¿Y el gabinete? ¿Quiénes podrían ser sus ministros?
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-Tampoco voy a decir nada. Falta un poco más para que pueda dar detalles.
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-¿Se sigue viendo con Menem en un ballottage?
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-Seguramente. En realidad, las encuestas escondidas del Gobierno están diciendo esto, aunque no lo reconozcan. Pero no tenga dudas: la pelea de fondo es entre Carlos Menem y yo.
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Por Jaime Rosemberg
De la Redacción de LA NACION
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Críticas a Lavagna y apoyo a Lula
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Durante el reportaje, la líder del ARI dejó en claro sus preferencias políticas. Criticó al ministro de Economía, Roberto Lavagna ("le mintió al pueblo argentino"), al canciller Carlos Ruckauf ("su posición es ambigua, hay que oponerse al nuevo imperialismo de Bush") y hasta a sus ex aliados del socialismo ("que quede claro: nunca me dejé extorsionar"). Carrió reservó un lugar destacado para el presidente brasileño, José Inacio Lula Da Silva. "Es claro que para pregonar que hay que tener coraje y cuidado", dijo, y se autodenominó "garantía de la integración continental".