La UCR al borde de la desaparición

La Unión Cívica Radical, centenario partido que desde hace medio siglo es, junto con el peronismo, uno de los grandes actores políticos de Argentina, quedó sumergida en la oscuridad luego de que captara sólo el 2,34 por ciento de los votos en las elecciones del domingo 27.

Muchos analistas creen que la fuerza, gravemente afectada por el fracaso del ex presidente Fernando de la Rúa en el 2001 y que por años representaba los intereses de la ahora golpeada clase media, irremediablemente va a desaparecer.

Si eso ocurre alguna de las fuerzas de izquierda y de derecha que surgieron en las elecciones del domingo puesto, que sumaron entre ambas el 30 por ciento de los votos, podrían ocupar el espacio vacío.

"El radicalismo está licuado como partido y tiende a desaparecer", dijo a Reuters el analista Ricardo Rouvier.

Analistas creen que no se puede hablar de la caída del radicalismo sin hacer referencia a la forma en que el peronismo hace política.

En el siglo pasado, sólo dos presidentes radicales, Hipólito Yrigoyen y Marcelo T. de Alvear, lograron completar su mandato entre 1916 y 1928. El resto de los radicales en el poder debió dejar su puesto por un golpe militar o por el clamor popular.

Pese a esa historia, la UCR siempre había logrado reponerse aunque en esta oportunidad el número de votos captados es alarmantemente bajo.

Para el especialista Rosendo Fraga, la UCR, que fue fundada en 1891, no se está extinguiendo formalmente, "pero sí como una alternativa electoral que viene representando a la clase media desde el siglo XIX".

En los 20 años que pasaron desde el regreso a la democracia, la UCR fue perdiendo de manera paulatina el apoyo popular que había llevado al poder al ex mandatario Raúl Alfonsín, en 1983, cuando Argentina elegía un presidente tras siete años de una sangrienta dictadura.

En ese comicio Alfonsín captó algo más del 50 por ciento de los votos, pero una inflación descontrolada y una ola de saqueos a comercios le marcaron el camino de salida antes de tiempo.

Pese a que ese apoyo se renovó en los comicios legislativos de 1985, el radicalismo comenzó luego a perder la adhesi'n de muchos de sus votantes al no poder satisfacer las demandas de la clase media, que fue históricamente su sustento político.

En las elecciones de 1989, la UCR perdió la presidencia al obtener el 32 por ciento de los votos contra el 47 por ciento del candidato justicialista Carlos Menem.

El espacio progresista que ocupaba el radicalismo empezó entonces a ser disputado por nuevas fuerzas.

Pero la sociedad comenzó a mostrar su rechazo a las políticas neoliberales de Menem y la histórica UCR volvió a ser respaldada en las elecciones a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de 1996, en las que ganó De la Rúa.

Tras aliarse con un frente de izquierda en 1997 en búsqueda de una alternativa de poder, la Alianza -tal como se llamó a la coalición- venció al justicialismo en los comicios presidenciales de 1999 con el 48 por ciento de los votos.

Pero nuevamente desperdició una chance al plantear una política económica que golpeó a su base de apoyo, la clase media, que ya estaba diluyéndose en medio de la crisis que dejó a más de la mitad de la población en la pobreza.

Una crisis entre los miembros de la Alianza disolvió la coalición y De la Rúa no pudo contener la creciente crisis: en diciembre de 2001, tras un estallido social, debió escapar de la Casa de Gobierno en helicóptero.

Esa escena dejó un gigante signo de interrogación sobre el futuro de la fuerza.

REUTERS