|
|||||
Argentina camino de la segunda vueltaPor Julia Rodríguez Larreta Muchas son las observaciones que se pueden hacer sobre las elecciones del domingo pasado en la Argentina. Para comenzar por algún lado, es bueno destacar un hecho positivo, como lo fue la masiva concurrencia a votar y la forma civilizada, salvo algún caso aislado, en que transcurrió el acto eleccionario. Ochenta por ciento de las personas habilitadas acudió a las urnas y no hubo denuncias de fraude de parte de ningún partido. El ciudadano argentino, a pesar del cansancio y el escepticismo respecto de la clase política manifestado anteriormente, decidió dejar atrás posturas como las del voto en blanco o la abstención, y aprovechó la oportunidad cívica que ofrece la democracia, para poder expresar su voluntad, en una actitud de marcha hacia adelante. Otro suceso interesante es la elevada votación obtenida por dos personas como López Murphy y Lilita Carrió, quienes se atrevieron a escindirse del aparato partidario al cual pertenecían, para iniciar cada uno de ellos un nuevo camino. El buen resultado logrado por el ex Ministro, que por primera vez se lanzó a la arena política y la forma en que reaccionó, su excelente discurso, luego de conocer el caudal de votos alcanzado, que aunque muy bueno, no podía colmar las ilusiones que las últimas encuestas le habrían provocado, han dado la pauta de que ha nacido un nuevo líder político, de brillante futuro. FACTOR. La buena performance de la Carrió, revela por otra parte, que su discurso antiestablishment y anticorrupción, le dio buenos dividendos, aun cuando queda en claro, que es mucha la gente que no tiene conciencia del alto precio que tuvo que pagar la ciudadanía, por la campaña emprendida por Carrió el año anterior. Sus acciones fueron factor detonante de la crisis de confianza en el sector financiero y de las consecuentes corridas bancarias que desestabilizaron la plaza, lo cual produjo las graves consecuencias por todos conocidas. El suspenso alrededor de los recientes comicios, parece que no va a ser tan grande en la segunda vuelta. Ni quien tuvo más votos, da la impresión de que vaya a ser el ganador. Ciertas cifras ponen en perspectiva los dos puntos de ventaja obtenidos por Menem, sobre el protegido de Duhalde, Néstor Kirchner. Si se le suman los votos de Elisa Carrió, de los radicales y de la atomizada izquierda, sin todavía tener en cuenta a los independientes, ya contaría con el 43%. Por lo tanto, el ex Presidente necesitaría el 80%, del tercio de los argentinos que no lo votaron, ni tampoco al santacruceño, ni a la izquierda. La nueva ronda se presenta como una elección entre dos modelos, pero lo cierto es que hay bastante confusión. Por ese motivo, sería muy constructivo que hubiese un debate entre los dos adversarios, y con López Murphy de moderador y periodista, como él mismo lo propusiera, sería mucho mejor. Kirchner ya se ha negado a debatir, pero la necesidad de que se realizara este encuentro, va mucho más allá del desafío electoral presentado por Menem. Se trata de algo que se le debe a la ciudadanía y que Kirchner debería encarar, si aspira a establecerse como político autónomo. El que Menem se haya negado en las anteriores oportunidades a debatir, no debería manejarse como argumento para oponerse, si Kirchner pretende presentarse como lo opuesto al ex mandatario. Al detenerse sobre su trayectoria política, surgen por el contrario, varios puntos en común. Por ejemplo, la tendencia a las reelecciones. El Gobernador hizo cambiar la Constitución provincial, con una cláusula de reelección indefinida y así pudo acceder a su tercer mandato. DEBATE. Del momento en que luce como posible triunfador en el balotaje, este candidato tiene mayor obligación de hacerse conocer ante los ciudadanos. Es bueno que esclarezca el modo en que piensa gobernar, tanto como cuál va a ser su futura relación con Duhalde, teniendo en cuenta que su ingreso a la segunda vuelta, se debe sobre todo a la provincia de Buenos Aires, gracias al aparato duhaldista. El, por su cuenta, solo ganó en 7 provincias menores, cuyos electores sumados, apenas llegan a 1,82 millones, del total de 25,5 millones de votantes de Argentina. Si bien ahora es el delfín del mandatario saliente, sus pujas con Menem y con Duhalde son de larga data. El enfrentamiento con este último llegó a un extremo cuando el año pasado dispuso que el avión de la gobernación llevara al senador Lázaro Chiappe, a tiempo para votar en contra de la reforma a la ley de subversión económica requerida por el FMI, si bien ahora ha anunciado que el Ministro de Economía, seguirá siendo el mismo del gobierno duhaldista. Este abogado de 53 años, que mantiene el control de Santa Cruz desde 1987 cuando fue electo intendente de Río Gallegos, durante su campaña hizo un discurso "progresista", aunque los que así se llaman, son los primeros en oponerse a los cambios y luchan por mantener el statu quo. Sin embargo, sus opositores le cuestionan un manejo conservador. Una de las críticas que se le hacen, se refiere a que los ingresos por las regalías de petróleo, 527 millones de dólares, los sacó para el exterior y los colocó en Luxemburgo. EXCUSA. A modo de excusa, el santacruceño dice que siempre hay que tener un ahorro y se ve que prefiere no tenerlo en el propio país. Uno de sus caballitos de batalla es que en su provincia, los salarios de estatales y docentes, se pagan en tiempo y forma y que son los más altos del país. Es algo destacable hoy día, pero sus críticos resaltan la riqueza de ese suelo regado por el oro negro que los favorece, al tiempo de lidiar con una población muy pequeña, 180.000 habitantes, en 243.000 kms cuadrados, de los cuales una muy importante cantidad son empleados públicos. Ante la gran duda que se les plantea a las personas que no votaron a quienes disputarán la presidencia el 18 de mayo, les vendría muy bien un debate que les ayude a aclararle el panorama, especialmente en el caso de Kirchner, que es el menos conocido a nivel nacional, ya que a Menem se le ha visto actuar en la Casa Rosada, durante 10 años. Menem ya ha anticipado quiénes integrarían su equipo, todo de caras nuevas, mientras del Gobernador no se percibe bien si será solo un apéndice de Duhalde o va volar con vuelo propio. Aunque, tal vez, ese dilema es justamente lo que no quiere aclarar. |
|||||